Una dieta demasiado rica en proteínas puede dañar los riñones.
Enfermedades del riñón:
Indice:
- Enfermedad renal crónica
- Glomerulonefritis
- Glomerulonefritis aguda
- Nefrolitiasis (piedras en el riñón)
Enfermedad renal crónica:
Cuando se sufre una enfermedad renal crónica se debe seguir una dieta adaptada. Uno de los cambios en la alimentación consiste en reducir la cantidad de proteína ingerida, reducir el consumo de sal, controlar la ingesta de potasio, fósforo y otros electrólitos. El fósforo es un mineral que se acumula en la sangre cuando la insuficiencia renal progresa. El médico aconsejará reducir los alimentos ricos en proteínas con alto contenido de fósforo, si su nivel sube por encima de lo normal. Leche, yogur, queso, alubias y guisantes secos, nueces y semillas, germen de trigo, mantequilla de cacahuete y algunos productos de soya son ricos en proteínas y fósforo.
Glomerulonefritis:
Se trata de una enfermedad renal, en la que unas estructuras internas de los riñones, llamados glomérulos, se enferman. Existen dos tipos: primaria y secundaria. Esta última está relacionada con otras enfermedades como el lupus eritematoso sistémico o la vasculitis. Se aplican las mismas recomendaciones alimentarias que para la enfermedad renal crónica.
Glomerulonefritis aguda:
En 1998, se produjo un brote epidémico de esta enfermedad inflamatoria del riñón, asociado a queso artesano preparado con leche no pasteurizada, afectando a más de 230 personas. La leche contenía la bacteria Streptococcus zooepidemicus. A través de la misma fuente, se han detectado casos en otros países, como Australia.[1,2]
Nefrolitiasis (piedras en el riñón):
Desde hace algunos años muchos medios hablan de la dieta proteica (alta en proteínas) para perder peso. Este tipo de dieta suele llevar una alta proporción de carne y productos lácteos (equivalente a un contenido de proteínas de más del 25% de las calorías ingeridas o más de 2 g / kg de peso corporal por día). Es cierto que las personas que siguen esta dieta pierden peso, sin embargo, este tipo de alimentación tiene un efecto hipertensivo, acidificante, una cantidad alta de sodio que aumenta, a su vez, el riesgo de nefrolitiasis, es decir, de que se formen piedras en el riñón. Además, este tipo de dietas puede favorecer el desarrollo de enfermedad renal crónica en personas que no sufrían problemas de riñón antes de seguir dicha dieta.[3,4]
El tratamiento dietético de las piedras en el riñón se suele dirigir a la reducción de la concentración de cistina en la orina o al aumento de la solubilidad cistina urinaria en la orina. Para lo que se debe aumentar considerablemente la ingesta de líquidos, diminuir el consumo total de proteínas de origen animal y aumentar el consumo de fruta y verdura. Para excretar más cistina también contribuye la reducción de la metionina en la dieta mediante la reducción del consumo de carne roja, pescado, aves de corral, productos lácteos y sal. Se recomienda alcalinización de la orina con citrato de potasio a un pH de 6,5-7. El bicarbonato de sodio puede ser utilizado para la alcalinización de la orina. Sin embargo, la hidratación y la alcalinización pueden ser ineficaces cuando se trata de cálculos renales recurrentes.[5]
EA* = Enfermedad autoinmune
Leer más:
Libredelacteos.com no recomienda ningún tratamiento ni dieta específica. Proporciona esta información sólo a título informativo. Toda cuestión relacionada con su tratamiento o su dieta personalizada debe ser siempre evaluada y discutida con su médico y/o un nutricionista clínico titulado.