Pumpkin butter (mantequilla de calabaza)

Esta dulce es irresistible y facilísimo de hacer. Aunque se llama «butter» o mantequilla por su textura untuosa y densa, se parece a una confitura. Elaborada con calabaza cocida, un poco de azúcar y especias. Resulta una deliciosa crema para extender en el pan, su sabor intenso y especiado le da un toque original, distinto de las mermeladas clásicas. También se puede utilizar para hacer rellenos de pasteles.

Sólo necesita una hora de tiempo para elaborarla, pero repartido entre dos días.

La cantidad de calabaza cruda dependerá de la variedad utilizada.

Una vez fría, conservar en la nevera durante una semana. Si se hace mucha cantidad, se debe seguir el procedimiento habitual para hacer conservas para garantizar una mayor conservación.

Ingredientes:

(Un tarro)

Una taza de calabaza cocida (aprox. 300 g de pulpa de calabaza cruda)
Media taza de azúcar panela o azúcar de coco
Una cucharadita de jengibre rallado
Una cucharadita de canela en polvo
Una cucharadita de café rasa de nuez moscada
Una cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra
Dos cucharadas soperas de jugo de limón

Preparación:

El día anterior se cuece los trozos de pulpa de la calabaza a fuego lento, tapada durante unos minutos y luego destapada para que pierda el máximo de humedad. Se cuece hasta que la calabaza está muy blanda. Triturar con la batidora eléctrica.
La pulpa de calabaza cocida se coloca en un colador, colocado dentro de otro recipiente. Se deja enfriar y luego se guarda en la nevera hasta el día siguiente. Esta operación permitirá retirar el exceso de agua que pueda quedar.
Al día siguiente, se utiliza el colador para pasar la pulpa para que no hayan grumos y quede lo más cremosa posible.
En una cacerola y a fuego lento, se añade una cucharada sopera de aceite de oliva virgen extra, se añade la pulpa de calabaza, dos cucharadas de jugo de limón, el azúcar de coco o panela, las especias y se mezcla todo bien. Cocer durante 10 minutos removiendo constantemente para que no se pegue. No debe quedar nada de líquido, más bien una especie de puré espeso pero suave.
Dejar enfriar y disfrutar con moderación.