El olivo forma parte integrante de los paisajes de muchas zonas de España. Nuestro país es el primer productor de aceite de oliva y de aceitunas de mesa del mundo, contando con la mayor superficie de olivar y el mayor número de olivas del mundo. A nivel nacional, el olivo es el segundo tipo de cultivo en extensión tras los cereales y está presente en 34 de las 50 provincias españolas, aunque sólo Andalucía representa el 60% de los casi 300 millones de olivos y más de dos millones y medio de hectáreas dedicadas al cultivo de este árbol.
Uno de los residuos que deja la producción de aceite de oliva y de aceitunas son sus huesos aunque existen numerosos proyectos de aprovechamiento del hueso de oliva.
Huesos de aceitunas para calentarse
La Junta de Andalucía y la Unión Europea apoyaron, entre otros, un proyecto de desarrollo rural para el aprovechamiento del “Hueso de aceituna de la Sierra de Cazorla”, en Jaén. Se trataba de utilizar el hueso de la aceituna como combustible. El hueso molido resulta un excelente biocombustible para utilizar en calderas de biomasa. Tan solo dos kilos de hueso de aceituna tienen el mismo calor calorífico que un litro de gasoil pero a un precio sin competencia, unos 10 céntimos de euro el kilo.
Para poder utilizar el hueso de aceituna como combustible este de ser recogido en las almazaras y luego secado. Esto último resulta una dificultad para aprovechar este material ya que, para que pueda funcionar correctamente en las calderas de biomasa, los huesos de oliva deben ser tratados para retirar el exceso de humedad y de grasa. El uso del hueso de la aceituna (al igual que el hueso de almendra) son una alternativa ecológica al consumo de combustibles derivados del petróleo ya que es un producto mucho más respetuoso con el medio ambiente.
Este tipo de biocombustible puede ser usado en comunidades de vecinos, para calentar el agua de las piscinas, en la industria y hoteles.
Calderas de biomasa austríacas para hueso de aceitunas
El motivo de que escribiera esta entrada fue la noticia publicada en el país hace unos días, “El hueso de la aceituna está que arde”, en el que su autor, Ginés Donaire nos explica que ha sido una firma austríaca KWB quien se ha convertido en el primer fabricante de calderas de biomasa especialmente pensadas para usar el hueso de la aceituna como biomasa. A pesar de que otras marcas de calderas permiten la utilización de este residuo, el modelo Multifire de la marca KWB es el único que garantiza su utilización gracias a una extensa investigación y utilización de este material en sus calderas con una gran eficacia.
Hay que felicitar a esta firma austriaca por su éxito en conseguir una caldera de excelente calidad que garantiza máximo rendimiento con biomasa a base de huesos de aceitunas, pero me ha parecido una lástima que, siendo España el principal productor de este producto, no haya sido una firma española quien haya creado y homologado una caldera especialmente concebida para funcionar con alta eficiencia con un residuo tan accesible en nuestro país.
Austria es uno de los países europeos que ha apostado más fuerte por las energías renovables. No dispone de centrales nucleares y es el segundo país europeo más eficiente energéticamente tras Dinamarca. Su compromiso con las energías renovables se ve reflejado en sus políticas y sus industrias así como por una gran concienciación de sus habitantes en materia de ecología y respeto del medioambiente.
Fuentes: