¿Se comía antes mejor?
Lo cierto es que comemos mejor que comían nuestros abuelos y peor que comían nuestros padres en los años 80.
Hasta finales de los años 50, la población española sufrió carencias nutricionales y patologías por dichas carencias durante muchos años. Tras dos o tres generaciones, ya no existen prácticamente patologías por carencia sino por exceso.
Cuando vamos a los supermercados llenos de miles de productos diferentes no nos damos cuenta de lo privilegiados que somos y lo que han cambiado las cosas en menos de 100 años.
Durante la guerra, los habitantes de algunas ciudades españolas pasaron verdadera hambre. En muchos pueblos, se las arreglaron con gachas y migas de pan con manteca. La dieta era eminentemente rural, tanto en pueblos como en las ciudades.
Al mes de terminar la guerra se estableció el racionamiento en toda España. Se crearon las cartillas con cupones que permitían proveerse de algunos alimentos aunque no siempre fuesen los que las familias necesitaban. La primera semana, se repartió aceite, café y alubias; en la segunda, pasta de sopa y manteca vegetal. La penuria estimuló la imaginación de los españoles. A la receta de gazpacho original se le añadió más pan duro para darle más sustancia. Se creó la tortilla de patatas sin huevos ni patata. Otros platos de la época eran los calamares de la huerta (sin calamares), la sopa de pobres a la marsellesa, farro de los ricos, la tortilla de escarola, la salsa mayonesa falsa, bullabesa sin pescado, el pudin de pan y algarrobas a la cubanita, tortilla de guerra con patatas simuladas, la sopa de pan rallado, la almorta, suflé de cacahuetes, cortezas de naranjas confitadas, hojas de remolacha con tocino y manises. Tras superar los peores tiempos, el plato estrella de todas las familias fue el potaje de legumbres con cereales, que era lo que mejor remplazaba las proteínas animales que escaseaban tanto. Las familias no tenían neveras, un hueco en la pared al que llamaban fresquera era lo más parecido, pero es que tampoco tenían alimentos para guardar.
La falta de algunos alimentos provocó carencias nutricionales y problemas de desarrollo infantil. El hierro se encuentra mayoritariamente en la carne. El bajo consumo de productos cárnicos provocó que una gran parte de la población sufriera anemia.
En muchas zonas de España alejadas del mar, el consumo de pescado era bajísimo. Al margen de algún pescado de río al que pocas familias podían optar, sólo llegaba pescado en salazón, bacalao y arenques. Por lo que los problemas por falta de yodo también eran muy importantes, su carencia provoca hipotiroidismo y eso conllevó un número elevado de nacimientos de niños con retraso mental. Esa situación era aún más grave en las zonas de montaña, con clima frío y de difícil acceso.
Los domingos o días de fiesta las familias que se lo podían permitir se daban el lujo de un arroz a la zamorana, lejos de la paella actual, contenía verduras, olivas, huevo duro y algo de chorizo. La escudella era el plato estrella en Catalunya.
A finales de los años 50
Empieza el desarrollo agrícola y sobre todo la implantación de numerosas granjas de pollos y producción de huevos. El huevo se vuelve una alternativa fundamental para conseguir proteínas más baratas. La carne de pollo se abarata. Legumbres en potajes y cocidos forman parte de la dieta habitual.
En los 60
En los 60, empieza a funcionar el pescado congelado. Las familias tienen un poco más de dinero y se disponen de frigoríficos que permiten tener más productos frescos en casa, como pescado o carne. Al principio son bloques de hielo que duran unos días nada más y hay que renovarlos.
El personaje de cómic que representaba mejor esa época era Carpanta, que estaba siempre muerto de hambre y loco por comerse un pollo que nunca conseguía comerse.
Las mujeres solían desayunar leche con pan y los hombres legumbres con chorizo.
A mitad de los sesenta, en algunos colegios españoles se repartía una merienda gratuita a los escolares, un vaso de leche entera o un yogur. Los cereales enriquecidos que tanto se consumen ahora no existían, se desayunaba pan. Mi merienda favorita era pan con mantequilla, azúcar y avellanas.
A finales de los 60, la dieta española era un modelo de la reconocida dieta Mediterránea. Muchas legumbres, verduras, aceite de oliva, pan, frutas, hortalizas, pescados, un vaso de tinto acompañaba las comidas y se dormía la siesta.
El pan era barato y se comía mucho. En el 64, se consumían 368g de pan por persona y día. Ahora no se llega a los 100g de pan al día. Recuerdo que mi madre nos enviaba a comprar 6 barras de medio kilo cada día, éramos nueve en casa. Imaginar el coste de eso en nuestros días.
En los años 70
En los 70, se implantaron en España granjas porcinas y mejoraron mucho los invernaderos. Mejores carreteras y los camiones frigoríficos hicieron que la gama de productos que llegaban a los mercados empezara a ser importante. Las mariscadas se pusieron al alcance de muchas familias. Pollos asados, muchos quesos y productos que venían de Estados Unidos se pusieron de moda, como el refresco “San Francisco” o el cóctel de gambas. Así como la invasión de las sopas en cubitos y de sobre.
Los hipermercados son un invento francés que data de 1931 (Prisunic). A España, llegó Carrefour al Prat de Llobregat en 1973, se llamó Hiper. Y estuve el día de la inauguración, creo recordar que cantó Camilo Sexto y animó el espectáculo Kiko Ledgard, presentador del famoso concurso 123.
La alimentación dio un salto importante con la entrada de España en la Unión europea y el abaratamiento de la leche. Se puede decir, que fue en 1995, cuando España alcanzó el nivel más alto de la calidad nutricional de los españoles.
A partir de ese momento se ha ido deteriorando. Con una gama impresionante de productos procesados, llenos de aditivos, colorantes y conservantes, grasas, sales y azúcares, incluyendo los cereales para el desayuno, sopas y platos preparados. Los precios altos de algunas carnes y pescados hacen que muchas familias coman muchos embutidos. También existe un exagerado consumo de zumos edulcorados, sodas y productos aperitivos, galletas, cosas para picar nada saludables.
Hemos pasado de las patologías de las carencias, como raquitismo y problemas de inmunidad, desarrollo menor que en otros países, retraso mental, a la era de las enfermedades por exceso, muchas carnes y embutidos, quesos muy grasos, postres dulces en lugar de fruta seca, exceso de frituras, sal y azúcar. Ahora tenemos obesidad, diabetes, hipertensión, problemas cerebro-cardiovasculares, consumo menor de antioxidantes, menos frutas, poca fibra, estreñimiento lo que favorece la aparición de cáncer de colon, y otros tipos de enfermedades por no consumir suficientes antioxidantes como las verduras y frutas frescas.
En nuestros días
En la actualidad, muchas personas de la tercera edad que padecieron el rigor de las carencias ahora sufren patologías por excesos en su alimentación. Las otras víctimas de nuestros malos hábitos alimenticios son los niños, a los que se les permite comer cualquier cosa y muchos sufren de sobrepeso y obesidad.
La alimentación del futuro parece que tiende hacia la comodidad y, aunque cada vez hay más personas que se dan cuenta de la influencia de la alimentación en nuestra salud, todavía hay mucho por hacer. Por eso, la educación de nuestros hijos es fundamental.
No olvidemos que alimentarse no es igual que nutrirse, hay muchos productos que nos alimentan pero no sólo no nos nutren sino que nos perjudican.
Reduce la carne, sal, azúcar y grasas, evita los alimentos procesados.
Come muchas más verduras. Legumbres dos o tres días por semana. Cereales integrales. Dos o tres raciones de fruta y verdura fresca todos los días. Utiliza especias y hierbas aromáticas en lugar de sal. Haz tus dulces caseros con poca azúcar.
Recetas de la posguerra española
Tras la guerra, la imaginación de los españoles se agudizó para crear platos que aplacaran el hambre con lo poco que tenían. Alimentarse y nutrirse no es lo mismo. Por eso, muchos de aquellos platos alimentaban pero los malnutrían.
Se comían todo lo que pareciera comestible las pieles de las naranjas, de las patatas, las vainas de las habas y las hojas de la remolacha.
Estas son algunas de aquellas recetas.
Almorta
Plato típico de los labradores, consistía en una especie de gachas con embutidos. La almorta es una legumbre de la que se obtenía harina. Se utilizó para calmar el hambre y se utilizaba en muchos platos castellanos. Si se come una vez cada semana o cada 15 días no es un problema. Sin embargo, esta legumbre consumida de forma regular produce una enfermedad de las articulaciones que puede llevar a la parálisis (latirismo). Se prohibió en 1941 y, aunque ya no está prohibida, debe llegar un etiquetado advirtiendo de sus efectos secundarios.
Receta de Rosa de la web abengibre.net
Ingredientes: Harina de almorta, patata, pimentón, ajos, aceite, Salchichas, longanizas, chorizos, guarra, panceta… agua.
Tortilla de patatas sin patatas ni huevos
Se hacía con la parte blanca de la piel de naranja. Se recortaba y se ponía en remojo como si fueran patatas. El huevo se remplazaba por una mezcla de harina, agua, bicarbonato, pimienta molida, sal, aceite y colorante para dar la ilusión del color de la yema de huevo.
Calamares de la huerta sin calamares
Eran simplemente aros de cebolla rebozados con huevo y harina.
Golosos recuerdos
Este artículo fue presentado en el programa radiofónico, en directo, «Asomadas al Balcón» de Radiolatina.lu del 3 de marzo 2014. Entre las amigas Asomadas, los recuerdos de infancia son muy interesantes y nos dimos cuenta que muchas compartimos las «galletas con mantequilla» y la leche con cola-cao», el cocido y los potajes formaron parte de la mesa en nuestras famlias.
Lee «Golosos recuerdos» y participa añadiendo tus propios recuerdos de infancia en materia de alimentación.
Referencias:
(1) Alimentación y Salud (RNE Radio 5), María Teresa García Jiménez, Directora del Diploma Superior en Alimentación, Nutrición y Salud Pública, Escuela Nacional de Sanidad, “Evolución de nuestra dieta en la historia de nuestro país en los últimos 70 años”, para Alimentación y Salud (RNE Radio 5) emisión del 26/01/2014
(2) Ismael Díaz Yubero, Real Academia de Gastronomía, “Evolución de la Alimentación y la gastronomía en España” http://www.bne.es/es/Micrositios/Exposiciones/Cocina/documentos/cocina_estudios_4.pdf
(3) Ismael Díaz Yubero, «El hambre y la gastronomía. De la Guerra civil a la cartilla», 2003
(4) Wexter.com, “Historia de los supermercados”, http://www.wexter.com/hipermercados/historia/
(5) Francisco Grande Covián, médico y cronista en El País, en los años 80.
(6) Néstor Luján, periodista, cronistas gastronómico, 1922, La Vanguardia
(7) 20minutos.es, “El consumo de pan en España rompe la tendencia y aumenta en medio de una guerra de precios” http://www.20minutos.es/noticia/2018890/0/consumo-pan/guerra-precios/marcas/#xtor=AD-15&xts=467263, enero 2014
(8) Patricia Bolaños Ríos, Diplomada en Nutrición Humana y Dietética, Instituto de Ciencias de la Conducta de Sevilla, “Evolución de los hábitos alimentarios. De la salud a la enfermedad por medio de la alimentación” http://www.tcasevilla.com/archivos/evolucion_de_los_habitos_alimentarios._de_la_salud_a_la_enfermedad_por_medio_de_la_alimentacion.pdf
(9) Fotografía. Archivodelaexperiencia.es
(10) Hoy.es. «Almorta, el veneno del hambre».