Las algas son uno de los alimentos del futuro. Parece que cada vez es más fácil encontrarlas en los comercios, tanto secas como frescas; además ya se «cultivan» en nuestras costas. Junto con el wakamé, las algas kombu son de las más consumidas en Asia. Esta variedad de alga es muy rica en calcio y yodo, es alcalinizante y favorece la digestión. Se considera remineralizante y se recomienda para los deportistas. Las algas son ricas en fibras sin ser laxantes. También ayudan a mantener los niveles de glucemia y la tensión arterial. En fin, existen estudios que indican que el consumo regular de algas se asocia con una menor incidencia de determinados tipos de cáncer, como el de colon, de próstata o de seno.
Atrévete a probarlas y a acostumbrarte a este tipo de alimento saludable que existe en abundancia.
Mantengamos limpios nuestros mares que son depensa y tesoro de la humanidad.
Ingredientes:
(Para dos personas)
- 4 tiras de kombu
- 1 cebolla grande
- 500 gr de berberechos
- 8 anillas de calamar
- Aceite de oliva virgen extra
- Agua
- Piri-piri u otra especia algo picante (opcional)
Preparación:
- Seguir las instrucciones del productor para preparar las algas. Aunque normalmente se ponen en remojo en agua fría durante 10 minutos hasta que se ablanden.
- Lavar bien los berberechos para retirar la arena que pudieran tener en las conchas. Cocerlos al vapor 10 minutos hasta que se abran, no utilizar aquellos berberechos que no se hayan abierto. Controlarlos todos para asegurarse que no tienen arena.
- En una cazuela con algo de aceite de oliva, sofreír la cebolla pelada y cortada en tiras. Cuando la cebolla está tomando un color dorado, añadir las anillas de calamar, el agua y las algas cortadas en trozos. Hervir durante 20 minutos a fuego medio, añadir los berberechos abiertos en su concha. Añadir una pizca de alguna especia picante (opcional). Tapar y cocer 5 minutos. Retirar del fuego y servir.
- No es necesario añadir sal porque tanto las algas como los berberechos aportarán sodio.
Tip:
Es mejor poner los berberechos en una fuente con agua fría y sal un día antes de cocinarlos para que expulsen la arena que puedan contener. Mantener los moluscos en la nevera hasta que se vayan a cocinar, un día como máximo.