18 m2 de huerto parecen poco pero dan para mucho de sí y estamos muy felices. En otoño del año pasado eliminamos parte del jardín para hacer un huerto. Hace casi un año que no compramos una lechuga, ni espinacas, ni rúcula. Las fresas nos las hemos comido todas (unos 500g) y hemos dejado que suban algunas plantas para coger semillas y poder replantar (espinacas, acedera, mizuna, misome y mostaza china), aunque aún se pueden coger hojitas de algunas plantas.
Hemos vuelto a probar con las calabazas. El año pasado no nos salió ninguna porque las sembramos demasiado tarde. Esta vez, varias semillas han brotado y tenemos tres plantas de tres variedades distintas de calabaza. La calabaza grande de Halloween, la calabaza en forma de pera y de cabello de ángel.

Calabaza y flor se esconden tras la palizada.

Calabaza de cabello de ángel
Las lechugas son las estrellas de nuestro huerto. Tenemos de muchas clases, un rectángulo entero está dedicado a las ensaladas y parecen una alfombra verde. Las lechugas romanas nos las hemos comido todas. Tenemos de hoja de roble, de dos tipos más o menos rojizas. Las de color granate son mis preferidas, excepcionales para la piel. Tenemos también variedades asiáticas que tienen un sabor picante y muy pronunciado. Con las hojas tiernas de todas las variedades preparados ensaladas variadas, todos los días. También utilizo las hojas de lechuga para los smoothies verdes.
Los colirrábanos, de los que ya os he hablado en la web, han sido un descubrimiento ya que nunca los habíamos comido. Ahora acompañan nuestras ensaladas con frecuencia y hasta que se acaben. Verdes o violetas por fuera, la carne es dulzona, muy agradable. De la familia de las coles. comido crudo, es un alimento anticancerígeno.

Colirrábano violeta y lechugas hoja de roble de la variedad más roja

Colirrábano violeta, a punto de ser recogido
Somos devoradores de rúcula. Como este invierno no ha sido muy frío, hemos podido seguir cogiendo hojitas desde septiembre u octubre. Hemos replantado, aquí las rúculas baby. También hemos dejado que suban unas cuantas plantas para recoger las semillas. Esta variedad de rúcula tiene un sabor mucho más intenso que la que se compra embolsada.

Tapiz de rúcula baby. Segunda cosecha.
La planta del calabacín es la primera que intentamos plantar en el jardín. Gran éxito. Si el calabacín tiene buena tierra, con una sola planta no se da abasto para comer tanto calabacín. Así que los cogemos pequeños y nos comemos las flores. Nos sales bichitos y tienen algunas hormigas pero, no importa. Cuando son pequeños se pueden comer crudos en ensalada.

Calabacines en flor
Los tomates son el gran desafío de nuestro huerto. No es éste un clima ideal para los tomates. Sin embargo, el año pasado comimos unos cuantos tomates. Deliciosos. La planta huele de maravilla. Plantamos tres en 2013 y este año tenemos 6 matas de distintas variedades. Estos son los primeros que podremos comer.

Tomatitos
Y qué contaros de las frambuesas, están fabulosas, con muy pocas semillas. Mucho mejores que las del comercio que, además, suelen ser carístimas y estar muy ácidas. La planta tiene dos años. La vamos a dejar crecer porque las frambuesas son buenísimas para la salud y se hacen bien. Ya nos hemos comido unas cuantas y maduras.

Frambuesas, rubíes en nutriterapia
Bueno, si me seguís, ya sabéis que planto patatas azules. No dan muchas patatas, suficientes para nosotros. Las patatas azules son extraordinarias, al contrario de las patatas normales aportan muchos beneficios a la salud.

Patateras azules en flor
Esto que veis es diente de león, una buena mala hierba. Ayuda a depurar el hígado y a evitar los cálculos biliares y renales. Se puede comer en ensalada o en infusión. Es una planta medicinal que se debería conocer mucho más por lo accesible que es y las propiedades que tiene.

Diente de león