La leche de la vaca forma parte de los alimentos alérgenos. Además de no digerir su azúcar (la lactosa), contiene 25 proteínas que pueden inducir una respuesta inmune. Por lo que hay muchas razones por las que podría ser necesario evitar la leche, puede ser debido a una deficiencia genética, a que la proteína de la leche no se tolera o porque la lactosa se digiere mal o no se digiere en absoluto. Algunos de estos trastornos están presentes desde el nacimiento mientras que otros aparecen más tarde, en cualquier caso puede que sea necesario dejar totalmente la leche, lo que incluye la leche de vaca, de oveja, de cabra, de búfala, etc. así como todos sus derivados (quesos, helados, cremas, flan, natillas, mantequilla, etc.). Cuando algunos de estos problemas aparecen en los primeros días de vida, durante la lactancia, para que el bebé pueda seguir tomando leche materna, es la madre quien deberá cambiar radicalmente su dieta, lo que puede resultar muy difícil para las madres.
Deficiencias enzimáticas o genéticas, alergias e intolerancias alimentarias relacionadas con los lácteos
Indice:
- Alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV)
- Fenilcetonuria
- Galactosemia
- Intolerancia a la lactosa
- Intolerancia a la proteína de la leche de vaca (IPLV)
- Síndrome de Enterocolitis Inducida por Proteínas de los Alimentos (SEIPA)
Alergia a la proteína de la leche de vaca (APLV):
Se trata de una reacción adversa a la ingesta de la leche mediada por una respuesta inmune específica y reproducible. La alergia alimentaria puede ser mediada por anticuerpos de tipo IgE, por mecanismos mixtos o no mediada por IgE. Suele producirse durante el primer año de vida y es la forma más frecuente de alergia alimentaria. Aunque se habla sobre todo de la leche de vaca, esta alergia también puede producirse con la leche de cabra o de otros animales. Durante el amamantamiento, algunos lactantes también pueden reaccionar a las proteínas de la leche de vaca consumidas por la madre, en ese caso, la madre debe seguir una dieta libre de lácteos durante los meses en que amamanta a su bebé. Seguir leyendo…
Fenilcetonuria:
Es una deficiencia hereditaria rara. El bebé nace sin una enzima llamada fenilalanina hidroxilasa, que es la que le confiere la capacidad para descomponer apropiadamente un aminoácido llamado fenilalanina. Este aminoácido se encuentra en los alimentos que contienen proteína. Sin el enzima, los niveles de fenilalanina se acumulan en los fluidos corporales pudiendo dañar el sistema nervioso central y ocasionando daño cerebral. El único tratamiento es una dieta adaptada para toda la vida. Estas personas también deben tener extrema precaución con la composición de los medicamentos. Seguir leyendo…
Galactosemia:
Es una condición genética que afecta la capacidad del cuerpo para digerir la galactosa. La galactosa es un azúcar natural, de la misma familia que la sacarosa, fructosa y lactosa. Es una parte de la lactosa, el azúcar principal de la leche y del suero de leche animal, pero también está presente en otros alimentos. Los niños que tienen galactosemia deben ser alimentados con fórmulas para lactantes adaptadas sin galactosa. Seguir leyendo…
Intolerancia a la lactosa:
Se produce por la falta o la insuficiencia del enzima lactasa en el intestino delgado. Este enzima permite sintetizar el azúcar de la leche llamada lactosa. Si este azúcar compuesto no se sintetiza en la primera parte de la digestión intestinal provocará gases, diarrea, calambres intestinales, dolor de cabeza y otros trastornos digestivos. En la mayoría de los casos, la deficiencia de lactosa no es ni una enfermedad ni una animalía, es un proceso natural en millones de personas en todo el mundo, con el paso del tiempo la enzima va disminuyendo. Sin embargo, la intolerancia a la lactosa puede esconder, en algunos casos, problemas del intestino.
La lactosa está presente naturalmente en los derivados lácteos, pero también se utiliza como aditivo en miles de alimentos y también en muchos medicamentos. Seguir leyendo…
Intolerancia a la proteína de la leche de vaca (IPLV):
Es una patología que suele afectar a lactantes pequeños y que empieza generalmente en los seis primeros meses de vida. La IPLV es un síndrome que se define como una reacción inmunológica adversa (hipersensibilidad mediada por IgE o hipersensibilidad retardada hacia los antígenos presentes en ella) a la proteína de la leche. En la mayoría de los casos, la intolerancia es transitoria y, con un tratamiento adecuado, el 90% de los niños tolera de forma normal la leche y los lácteos a los dos años de edad. La leche de la vaca contiene 25 proteínas que pueden inducir una respuesta inmune, las más importantes desde el punto de vista alérgico son: betalactoglobulina, lactoalbúmina, seroalbúmina y caseína; siendo las de mayor potencia antigénica la caseína y la betalactoglobulina. Algunas personas con enfermedades inflamatorias intestinales pueden sufrir de intolerancias alimentarias incluyendo una forma de IPLV.
Síndrome de Enterocolitis Inducida por Proteínas de los Alimentos (SEIPA):
Se trata de una alergia no mediada IgE, cuyos síntomas pueden aparecer varias horas o varias días tras la ingestión de una proteína que actúa como alérgeno, por lo que se suele denominar alergia alimentaria retardada. Lo más habitual es la reacción a las fórmulas para bebés a base de leche de vaca o de soja, pero también puede ser provocada por otras proteínas alimentarias. Al no dar positivo en las pruebas de alergia es difícil de diagnosticar. Los síntomas más frecuentes son vómitos, diarreas incluso con sangre que pueden llevar a otros síntomas más graves que pueden poner en peligro la vida del bebé o del niño. Seguir leyendo…
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