La inflamación intestinal puede provocar malestar general, pérdida de apetito y restricción alimentaria. En la enfermedad de Crohn (EC), los daños en el sistema digestivo y, en ocasiones, la cirugía y los medicamentos utilizados para tratar la enfermedad, dificultan la absorción de los nutrientes ingeridos a través de la alimentación. [8]
Por estas razones, las personas con EC u otra EII (enfermedad inflamatoria intestinal) deben estar bajo seguimiento médico periódico para prevenir y detectar rápidamente posibles deficiencias nutricionales en vitaminas y minerales, que deberán ser tratados con una dieta adecuada y con ayuda de suplementos alimenticios.
Las personas con enfermedad de Crohn o colitis ulcerosa pueden presentar carencias de las siguientes vitaminas y minerales:
Calcio
Es frecuente que las personas con enfermedad de Crohn tengan deficiencias de calcio debido a que su intestino no puede absorber bien todos los nutrientes.
La dieta occidental más tradicional se apoya en los lácteos como fuente de calcio. Sin embargo, intolerancia a la lactosa y dificultad para digerir las proteínas lácteas son muy comunes en enfermos de Crohn.
Las deficiencias de calcio también pueden ser el resultado de la toma frecuente de corticosteroides o el hecho de tener inflamación activa durante mucho tiempo [9].
Todas estas situaciones pueden aumentar el riesgo de desarrollar osteoporosis. El consumo de alimentos enriquecidos en calcio es aconsejable para la mayoría de estas personas. Su médico debe realizar controles anuales para verificar sus niveles de vitamina D y controlar regularmente el estado de sus huesos mediante osteometría.
Mejores fuentes: Alimentos ricos en calcio que no son lácteos.
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Hierro
La enfermedad de Crohn puede provocar pequeñas hemorragias en los intestinos o debido a fisuras anales, esto provoca pérdidas de hemoglobina, la proteína que transporta el hierro en los glóbulos rojos. Otro de los problemas que puede llevar a las personas con EII a sufrir anemia es la malabsorción de los nutrientes.
Los síntomas más frecuentes de la anemia son cansancio y tristeza, pero también puede provocar dolores de cabeza, calambres y piel pálida. Un análisis de sangre regular permite detectar rápidamente los niveles de hierro en sangre.
Existen suplementos a base de hierro pero, a menudo, en forma de comprimidos no son eficaces debido a los problemas de absorción del intestino y porque pueden provocar diarreas, por lo que se suelen prescribir tratamientos de hierro por inyección intravenosa en infusión lenta. El hierro se mezcla con suero fisiológico y se inyecta a través de una vena por goteo, se realiza en medio hospitalario. [2]
Mejores fuentes: Hígado, ostras, garbanzos, mijo, cereales enriquecidos, semillas de calabaza, soja, alubias, lentejas, espinacas, semillas de sésamo, moringa. Para una mejor absorción del hierro se necesita vitamina C, acompañar los alimentos ricos en hierro con cítricos, kiwi o papaya.
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Magnesio
Se estima que la mayoría de los pacientes con EII tiene deficiencia de magnesio y se cree es debido a la disminución de la ingesta alimentaria, las pérdidas gastrointestinales de diarrea crónica, presencia de fístulas y malabsorción intestinal.
El magnesio desempeña un papel fundamental en la mayoría de las reacciones celulares, en el funcionamiento del corazón, músculos y riñones; también juega un papel importante en el metabolismo óseo.
Efectivamente, la deficiencia de magnesio puede provocar alterar el funcionamiento de la glándula paratiroidea provocando una disminución de la absorción intestinal de calcio y, en consecuencia, provocar hipocalcemia. [4]
Los síntomas de deficiencia de magnesio pueden incluir ansiedad, dificultad para dormir, náuseas y vómitos. Es frecuente recurrir a curas de suplementos de magnesio una o dos veces al año, durante un mes. Consulte a su médico.
Mejores fuentes: Frutos secos, semillas de calabaza, pipas de girasol, alubias, acelga, espinacas, rúcula, soja, quínoa, anacardos.
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Selenio
Se ha encontrado una relación significativa entre personas con enfermedad de Crohn y bajos niveles de selenio en sangre. Este hecho se produce de forma más marcada en personas con problemas de tabaquismo. El selenio es un antioxidante natural que ayuda a la prevención de varios tipos de cáncer.
Mejores fuentes: Nueces de Brasil, el pescado en general, salmón, carnes rojas, pollo, ajo, levadura de cerveza, germen de trigo.
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Vitamina A – retinol
Las personas con el intestino delgado afectado por la enfermedad de Crohn o que han sufrido resecciones quirúrgicas pueden tener dificultad para absorber la vitamina A.
Cuando el intestino no funciona con regularidad, se producen putrefacciones, éstas son un festín para ciertas bacterias que competirán por la vitamina A, aumentando el riesgo de déficit de esta vitamina que, en situaciones graves puede favorecer la ceguera u otros problemas oculares graves. [3]
Mejores fuentes: En los vegetales se encuentra como provitamina A, carotenos, que se transforman en vitamina A en el organismo: boniato, zanahoria, espinaca, escarola, col, pimiento, lechuga, calabaza, albaricoques secos, melón cantalupo, cardo, tomate, perejil, melón, albaricoque, mango, papaya.
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Vitamina B9 – Ácido fólico
El ácido fólico (folatos) es una de las vitaminas del grupo B esencial para la formación de nuevas células.
El ácido fólico es especialmente importante en mujeres embarazadas para prevenir malformación del feto.
Algunos de los tratamientos farmacológicos habituales de las EII, como la sulfasalazina y el metotrexato pueden provocar deficiencia en ácido fólico [6]. El CCFA (Crohn and Colitis Foundation of America) recomienda que las personas que toman la sulfasalazina, en particular, consuman complementos de ácido fólico. [2]
Mejores fuentes: Vegetales de color verde como col, espárragos verdes, lechuga, espinaca, verduras verdes, brócoli, guisantes, cereales integrales (trigo, arroz, maíz), zanahoria, jugo de naranja natural, remolacha, aguacate, coles de Bruselas, tomate, nueces, avellanas, fresas, alubias o frijoles, plátano. De origen animal: hígado, carne, huevo, en menor cantidad.
Vitamina B12
La vitamina B12 es una vitamina esencial para la salud humana, su déficit puede provocar numerosos trastornos neurológicos (degeneración combinada subaguda de la médula espinal, deterioro cognitivo) y anemia megaloblástica (glóbulos rojos más grandes de lo normal), todos ellos graves. La falta de B12 se puede manifestar como debilidad, fatiga, mareos, hormigueo de pies y manos y dificultad para caminar.
La enfermedad de Crohn puede dañar el íleon, es una parte del intestino necesaria para la absorción de la vitamina B12. También pueden padecerla las personas que han sufrido una intervención quirúrgica en la que se ha retirado una parte del intestino. Otras razones que pueden provocar déficit de esta vitamina es una alimentación vegetariana estricta cuando se sigue durante mucho tiempo sin suplementación. [5]
Las personas con Crohn que tengan deficiencia de vitamina B12 necesitarán inyección intravenosa de esta vitamina, la ingestión estos suplementos por vía oral no son suficientemente absorbidos.
Mejores fuentes: Hígado y carnes rojas, moluscos y almejas son excelentes fuentes de vitamina B12. Fuentes vegetales de vitamina B12.
Leer más: Vitamina B12 en la salud y la enfermedad.
Vitamina D
Desde los años 80, se reconoce que la deficiencia de vitamina D es un factor de riesgo ambiental para la enfermedad de Crohn.
Casi 3 de 4 personas con enfermedad de Crohn puede tener deficiencia de vitamina D, lo que puede provocar dolor en los huesos y debilidad muscular.
Hay muchas evidencias del rol terapéutico de la vitamina D que indican que juega un papel que va más allá de la homeostasis del calcio y el metabolismo óseo.
Se sabe que la vitamina D afecta el sistema inmunológico actuando a varios niveles, como respuesta antibacteriana, en la producción de antígenos y en la regulación de la respuesta inmunitaria adaptativa a innata. Por su efecto inmunorregulador, interactúa con el sistema inmune mediante el control de la proliferación celular o la función de la barrera intestinal.
Si no se produce exposición al sol es difícil obtener la vitamina D necesaria. El problema de absorción intestinal de los nutrientes sistemático en los enfermos de Crohn hace que, a menudo, necesiten suplementos alimenticios. Cada paciente con enfermedad inflamatoria intestinal debe realizar controles anuales para verificar sus niveles de vitamina D y consumir suplementos si es necesario. [1]
Mejores fuentes: Acción de los rayos ultravioleta sobre la piel. No se suele tener déficit si se toman unos minutos de sol cada día. En la alimentación se encuentra en el hígado de pescado, yema de huevo y algunos lácteos.
Leer más: Vitamina D.
Vitamina E
Otra víctima de daños en el íleon es la vitamina E, es uno de los antioxidantes naturales que ayudan a combatir los radicales libres. La vitamina ayuda a prevenir varios tipos de daño oxidativo producido por la infiltración de macrófagos y neutrófilos en el colon inflamado. La vitamina E combinada con Selenio tiene un efecto protector de la colitis. [9]
Los síntomas de la carencia de vitamina E pueden incluir hormigueo y entumecimiento en los dedos de manos y pies (conocida como neuropatía periférica) y también debilidad muscular.
Las personas con enfermedad de Crohn pueden necesitar formas solubles de vitamina E, en combinación o no de selenio.
Mejores fuentes: Frutos secos, semillas, aceites vegetales, verduras de hoja verde y cereales fortificados.
Vitamina K
Como las vitaminas A, D, y E, la vitamina K es una vitamina soluble en grasa que significa que se absorbe menos fácilmente que las vitaminas solubles en agua tales como las B y C. Eso hace que las personas con la enfermedad de Crohn sean más vulnerables a tener déficit de vitamina K. Esta vitamina es esencial para la coagulación de la sangre y para la regeneración ósea.
posiblemente también para mantener los huesos fuertes. Lo puedes encontrar en los vegetales de hoja verde (espinacas, col rizada, brócoli, berzas), así como en el pescado, hígado, carne y huevos.
Mejores fuentes: Esta vitamina se encuentra en los vegetales de hoja verde oscuro como espinacas, acelgas, col, berza, col rizada. También se encuentra en el pescado, hígado, carne y huevos.
Leer más: Vitamina K.
Zinc
La deficiencia de zinc es otra posible complicación de la enfermedad de Crohn. La presencia de diarrea prolongada puede reducir las reservas de zinc. Y una deficiencia de zinc puede conducir a más diarrea, la creación de un círculo vicioso. Este tipo de deficiencia es rara, aunque los niños son las principales víctimas.
La deficiencia de zinc puede dar lugar a pérdida del apetito, retrasos en el crecimiento y también puede afectar al sistema inmunológico. Otros síntomas son la caída de cabello y problemas de cicatrización de la piel. [8]
Mejores fuentes: carne de vacuno, cerdo y cordero contienen más zinc que el pescado. Fuentes vegetales son las nueces, semillas, legumbres y levadura.
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