En algunos supermercados los pasillos de productos dietéticos en los que se incluyen los alimentos sin gluten eran hasta hace poco prácticamente inexistentes y ahora cada mes hay más productos. Mientras que para los celíacos es una buena noticia, las industrias de la alimentación se han captado el interés creciente que demuestran algunas personas por estos alimentos sin gluten a pesar de no ser celíacas y lo utilizan como argumento comercial.
El gluten es una proteína que se encuentra en cereales como el trigo, la cebada, el centeno, el kamut y la avena,el trigo bulgur, farro, espelta y triticale (híbrido de trigo y centeno). Una dieta libre de gluten se prescribe para las personas con enfermedad celíaca, un trastorno que puede dañar el revestimiento del intestino delgado.
El comportamiento del consumidor no celíaco
Muchas personas no celíacas parecen convencidas de que la dieta sin gluten será beneficiosa para su salud o les ayudará a adelgazar. Estas creencias no están apoyadas en ninguna prueba científica, según los expertos en nutrición de la Universidad de Florida, en Estados Unidos.
El mercado de los alimentos y bebidas sin gluten ha crecido más de diez mil millones de dólares entre 2011-2013, lo que equivale al 44% y según Mintel, una empresa de investigación de mercado, el crecimiento será aún mayor en los próximos 4 años.
Este aumento de las ventas de productos sin gluten se explica, en parte, porque la tasa de diagnósticos de la celiaquía aumenta, también por un mayor conocimiento de los consumidores de los alimentos sin gluten. Además, parece tener un efecto de moda ya que algunas personas sin esta patología están empezando a creer que una dieta sin gluten es más saludable o les parece que les ayudará a adelgazar.
En este sentido, la Universidad de Florida realizó recientemente un estudio para comprobar el comportamiento de los consumidores ante los productos etiquetados sin gluten. En el campus universitario se propusieron alimentos como galletas y patatas fritas, la mitad con etiquetado convencional y la otra mitad sin gluten. Los participantes evaluaron 9 criterios sobre su apreciación del sabor, la textura y calidad del producto llenando un cuestionario. Excluyendo a los participantes celíacos, alrededor de un tercio de los participantes dijeron que creían que los alimentos sin gluten eran más saludables que los que llevaban una etiqueta convencional.
El resultado fue que el 57% de los participantes cree que la dieta sin gluten puede utilizarse para aliviar algunas dolencias, el 32% están convencidos de que los médicos recomiendan dieta sin gluten «para perder peso». El 35% cree que mejora la salud digestiva y el 32% considera que una dieta sin gluten es mejor.
En otro estudio de Mintel, realizado en 2013 en el Reino Unido sobre el comportamiento de los consumidores ante lo que creemos alimentos más saludables, resultó que el “estilo de vida” es tan importante como las alergias o las intolerancias ante la elección de comer alimentos “sin”. En dicha encuesta se preguntó y comparó la razón por la cual las personas dejan de consumir algunos alimentos, resultó que 6 de cada 10 compradores de productos sin gluten lo hacen convencidos de que es mejor para su salud aunque no son celíacos ni tienen intolerancia al gluten, y visto el resultado de las ventas este porcentaje parece ir en aumento.
Comer sin gluten sin ser celíaco
Por supuesto, comer sin gluten tiene sentido para cualquier persona con celiaquía o con una sensibilidad significativa al gluten; pero, para la mayoría de las personas el gluten no es un problema. Y aunque el gluten en sí mismo no ofrece beneficios nutricionales especiales, muchos cereales completos contienen gluten y son interesantes nutricionalmente. Contienen una gran variedad de vitaminas y minerales, como las vitaminas del grupo B, hierro, además de fibra. Los estudios demuestran que los cereales integrales, deben formar parte de una dieta saludable, ya que pueden ayudar a combatir el estreñimiento, a reducir el riesgo de enfermedades cardíacas, diabetes tipo 2 y algunas formas de cáncer. En la dieta saludable se recomienda que la mitad de los carbohidratos de la dieta provenga de cereales completos.
Algunos cereales o pseudo-cereales que no contienen gluten son muy saludables, como el amaranto, el mijo y la quínoa; aunque son alimentos más caros y más difíciles de encontrar que los que contienen gluten.
¿Los alimentos procesados sin gluten son más saludables?
Recuerda que la mayoría de los alimentos procesados contienen muchos aditivos, conservantes, espesantes, edulcorantes, colorantes y aromas. Los alimentos sin gluten no están exentos de dichos aditivos, incluso pueden contener más para mejorar su textura y su sabor. Por ello, es importante estar atento y leer bien las etiquetas. Seleccionar aquellos productos que no incluyan aditivos nocivos o peligrosos.
Un alimento considerado «sin gluten» no es necesariamente más saludable. Muchos productos sin gluten pueden ser altos en calorías, grasas y azúcares, así que la idea de que ayudan a adelgazar es completamente falsa.
A pesar de todo lo dicho, si desea eliminar el gluten de su dieta asegúrese de que su alimentación sea equilibrada en vitaminas, minerales y fibras, baja en grasas, sal y edulcorantes.
Enfermedad celíaca en España
Los datos del FACE (Federación de Asociación de Celíacos de España) indican que el 1% de la población española es celíaca, el mismo porcentaje que en Estados Unidos. Pero, según el Dr Gonzalo Guerra, fundador del Centro Médico-Quirúrgico de Enfermedades Digestivas (CMED), hasta un 6% de la población es sensible al gluten.
Otras enfermedades y sensibilidad al gluten
Condiciones de salud en los que existe un mayor riesgo de enfermedad celíaca o sensibilidad al gluten o que pueden experimentar mejoría siguiendo una dieta sin gluten:
- Genética: familiares de primer grado
- Síndrome de Down
- Diabetes mellitus tipo I
- Tiroiditis autoinmune
- Autismo
- Enfermedades digestivas: Dispepsia funcional, Síndrome del intestino irritable con predominio de diarrea, Colitis microscópica
- Enfermedades autoinmunes: Síndrome de Sjogren, Lupus eritematoso sistémico, Enfermedad de Addison, Nefropatía IgA, Hepatitis crónica autoinmune, Cirrosis biliar primaria, Artritis reumatoide
- Trastornos neurológicos y psiquiátricos: Encefalopatía progresiva, Síndromes cerebelosos, Demencia con atrofia, Epilepsia, Neuropatía periférica, Esquizofrenia
- Otras asociaciones: Síndrome de Turner, Fibromialgia