« No te levantes de la mesa hasta que te lo hayas comido todo », « acaba toda la comida » , « que no quede ni una miga », « si te lo comes todo podrás comer un postre (natillas o helado) » …
¿Cuántos padres y abuelos no hemos dicho esas cosas?
Preocupados de que nuestros hijos no estén desnutridos, les hemos obligado a comerlo todo, incluso a la fuerza. Otros padres, quizás con la mejor voluntad pero peor, para que se lo coman todo les preparan sólo lo que los niños prefieren, y así crecen comiendo siempre lo mismo, porque o no les gusta la verdura o no les gusta esto o lo otro. Muchas familias tienen costumbre de que los niños coman por antes que los padres, y así comen siempre por separado.
Sin embargo, según diversos estudios médicos, no hay que forzar a los niños a comer si no tienen hambre. En nuestros días se está dando gran importancia a la educación alimentaria, especialmente de los niños, ya que los más pequeños son cada vez más víctimas de la obesidad. Las costumbres de nuestros hogares condicionan las de nuestros hijos. Compartir una comida en familia, todos juntos, bien preparada la mesa, sin prisas, sin televisión, disfrutando de cada plato, charlando en familia, ayuda a normalizar el peso de los niños y de los adultos.
El niño debe aprender a servirse su ración de comida
Los investigadores aconsejan que los niños aprendan a servirse ellos mismos. Ya que si le ofrecemos al niños los alimentos ya servidos en el plato, éste no puede aprender cuál es la cantidad apropiada de una porción conforme a su apetito.
La Academia de Nutrición y Dietética recomienda al personal de las guarderías que coman con los niños para que tengan un modelo adulto de cómo se debe comer. Se desaconseja que se fuerce a los niños a que se lo coman todo, interesándose por su apetito, sensibilizando al niño sobre su sensación de hambre o saciedad, invitándole a comer más sólo después de haberle preguntado “si todavía tienes hambre puedes servirte más*.
Según dicho estudio, cuando un niño no se come toda la comida, lo compensará antes de 24h salvo que se encuentre mal. Cuando se fuerza a un niño a comer, se le fuerza también a desoír las señales que le envía el cerebro y su aparato digestivo, lo que es un gran error.
Si su niño no tiene hambre a la hora de la comida o la cena
Pueden haber diversas razones:
- Está distraído con la televisión, juguetes, ordenador, videojuegos…
- No se siente feliz a la hora de comer, mal ambiente o normas demasiado estrictas en la mesa.
- La comida no se presenta de forma agradable a la vista.
- Algunos niños lo hacen para llamar la atención de sus padres.
- La ración prevista por los padres es excesiva.
- Estrés, preocupaciones.
- Ha picado antes de la comida.
Lo que puede hacer:
- Prepare una comida variada, sabrosa, adaptada a toda la familia
- Comparta la tarea de cocinar con sus hijos, haga que participen.
- Hable de los alimentos que la componen, para qué son buenos, que les van a aportar.
- No haga a sus hijos que coman diferente que lo que Vds comen.
- Evite situación que generen estrés en la mesa, cree un ambiente agradable de comida familiar.
- No obligue a su hijo a comerse todo lo que está en el plato.
- Deje que él o ella se sirva, poco a poco aprenderá a saber cuál es la porción que se puede comer. Cuando haya aprendido a servirse y se lo haya terminado todo, invítele a repetir si le apetece más.
- Haga que sus hijos se muevan, que hagan ejercicio todos los días.
- Busque snacks y meriendas saludables.
Lo que no debe nunca hacer:
- Que tomen aperitivos o snacks antes de comer
- Evite los refrescos o zumos azucarados y las sodas
- Evite las comidas rápidas siempre que pueda
Si su hijo le dice que no le gusta la comida sin haberla probado
Pueden haber distintas razones:
- Todos tenemos preferencias. Incluso a los adultos hay cosas que no nos gustan, afortunadamente nadie nos obliga a comerlas.
- La forma de comer en casa influye las costumbres de todos los miembros de la familia. Si el padre o la madre nunca come verduras, será difícil obligar a los niños a que se las coman diciendo que son buenas para ellos.
Lo que se puede hacer:
- En materia de alimentación saludable, todos los adultos de la casa, deben ser un ejemplo para los niños.
- Anime a sus hijos a comer diferentes tipos de comida y con distintos tipos de cocción.
- Varíe el menú con frecuencia desde que son pequeños.
- Antes de preparar la comida le puede preguntar su opinión, puede escoger entre alimentos del mismo tipo de nutrientes.
- Si no le gustan las verduras, se pueden esconder de muchas maneras, sin que se vean, triturándolas, incluso en la salsa de tomate. Cuando se dé cuenta de lo bueno que está, le dice lo que contiene. Poco a poco puede hacer que los ingredientes que dice que no le gustan, pero que se come, sean más evidente.
- Comparta con sus hijos sus conocimientos sobre los alimentos.
- Ponga un huerto en su jardín o en su balcón, cultívelo con sus hijos.
- Cuando cocine, tenga cuidado con los sabores, evite que sean muy pronunciados, para que los niños se vaya acostumbrando poco a poco.
- Cuando se introduce en la dieta un alimento que nunca ha probado antes, ponga una pequeña cantidad para que se vaya acostumbrando lentamente al nuevo sabor o textura.
- Decore los platos infantiles de forma divertida, los japoneses son maestros en eso. Necesita algo de tiempo pero merece la pena, sobre todo si se hace con su ayuda.
Lo que debe evitar:
- Exceso de fritos, pasta con salsas y dulces aunque le gusten mucho
- Preparar otra cosa especialmente para un niño que no ha querido terminarse la comida o la cena, como un bocadillo, patatas fritas, un trozo de pizza o un plato de sopa instantánea.
Referencias:
He empezado a ponerlo en marcha, estoy dejando que Erika, mi hija pequeña de 6 años se ponga en el plato lo que ella considere, de la comida que haya hecho. Y ahora añadiré lo del cuadro de incentivos, a ver si consigo que las comidas sean más tranquilas. 😉
Muchas gracias por tus ideas!
Un beso
me viene de perlas este articulo. Aunque hay cosas que ya las estamos haciendo, hay otras que vamos a tener que mejorar. Tengo una pregunta. Que se hace cuando el niño no quiere comer lo que se le da, por que no le gusta, no tiene suficiente apetito, etc pero sin embargo no se salta el postre porque le encanta. Se le da o no? Nunca se que hacer. Si no quiere lo otro, por razones de no apetito, presentación, exceptuando claro cuando no le gusta, se le debe dar? Si no hay hambre para una cosa, no hay hambre para el postre, no? El problema es que el niño no lo entiende y se pone a gritar y a llorar de la frustración.
Gracias
Que interesante el articulo, sobre todo para mì como maestra y educadora. Unas normas muy importantes y básicas para favorecer su salud futura y el gusto y difrute por la alimemtación sana.