Evita o elimina estos alimentos de tu dieta
Gominolas, caramelos y otros alimentos con colorantes artificiales → hiperactividad, síndrome de falta de atención e irritabilidad
El efecto de los colorantes alimentarios artificiales (AFC) en la conducta del niño empezó a estudiarse hace más de 35 años. Una gran cantidad de investigaciones han analizado la influencia de estas sustancias químicas en la salud y en el comportamiento del niño. A pesar de que no cree que sea la causa primera, sí se sabe que pueden estar directamente relacionados con el agravamiento de la hiperactividad, el síndrome de falta de atención y la irritabilidad.[1]
Comida chatarra y bollería industrial → aumento del riesgo de depresión
En 2011, se publicó un estudio de varias universidades españolas sobre el aumento del riesgo de sufrir depresión cuando se sigue una dieta con un alto consumo de comida rápida (hamburguesas, salchichas, pizza, patatas fritas) y bollería industrial (muffins, croissants, donuts, bollos). Existen numerosos estudios que corroboran esta información.[2]
Grasas saturadas → deterioro cognitivo
Según diversos estudios en laboratorio y con humanos, el consumo regular de alimentos ricos en grasas saturadas promueve y agrava el deterioro cognitivo. [3] Este tipo de grasa se encuentran principalmente en alimentos tales que: mantequilla, manteca, sebo, manteca de cerdo, aceite de coco, aceite de semilla de algodón, aceite de palma, productos lácteos grasos (crema, queso), carne roja (cordero, buey) y la grasa de otras carnes.
Mejora tu estilo de vida
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Sigue una dieta saludable
En Libredelacteos.com encontrarás muchos consejos para seguir una dieta saludable sin lácteos.
Leer más sobre la dieta para alimentar tu cerebro.
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Deja de fumar
El tabaco contribuye a la acumulación de placa en las arterias y reduce los niveles sanguíneos de colesterol de lipoproteína de alta densidad (HDL, también conocido como colesterol bueno), lo que hace que la sangre sea más propensa a coagularse y causar problemas cardiovasculares.[6]
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Mantente activo
El ejercicio regular no sólo ayuda a perder (o mantener) de peso, sino que también reduce la presión arterial, aumenta el HDL, y ayuda a mantener los niveles de azúcar en la sangre bajo control. El ejercicio alivia el estrés y tiene un efecto positivo sobre el estado de ánimo. La AHA recomienda que las personas ejerzan moderación durante al menos 150 minutos por semana o vigorosamente durante al menos 75 minutos por semana.
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Mantén un peso saludable
El exceso de grasa, especialmente alrededor de la cintura-aumenta el riesgo de presión arterial alta, colesterol alto y diabetes. Los expertos recomiendan que los hombres y las mujeres deben mantener su relación cintura-cadera debajo de uno.
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Consume menos calorías
El exceso de calorías puede aumentar la vulnerabilidad de las células al provocar la formación de radicales libres en exceso. Por lo que, la restricción calórica moderada podría proteger el cerebro mediante la reducción de daño oxidativo a las proteínas celulares, lípidos y ácidos nucleicos.[4]
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Bebe agua
No beber suficiente líquido tiene importantes implicaciones para la salud mental. Los primeros signos de deshidratación leve pueden afectar nuestro comportamiento. Un adulto pierde aproximadamente 2,5 litros de agua cada día, a través de los pulmones en forma de vapor de agua, a través de la piel con la transpiración, a través de los riñones con la orina y a través de las heces. Cuando no se toman suficientes líquidos para reemplazar esta pérdida se percibirán síntomas de deshidratación, incluyendo irritabilidad, pérdida de concentración y disminución en la función mental.
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Controla tus niveles de
- Azúcar en sangre: En ayuno, la glucosa en sangre debe ser inferior a 100 mg / dl de sangre.
- Presión arterial: Debe estar por debajo de 120/80
- Colesterol: Esta debe ser inferior a 200 miligramos por decilitro de sangre.
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