Bacalao con tomate y judiones

Esta receta es típica de la dieta mediterránea: pescado, legumbres, hortalizas y hierbas aromáticas.

Aprovecha los mejores productos de la huerta y, por qué no, también las buenas conservas, nos ahorran tiempo y tienen el mismo valor nutritivo si sabes elegir bien. Si compras alimentos enlatados, selecciona bien y encoje aquellas marcas que están elaboradas con productos de calidad y con aditivos que no son perjudiciales. La mayoría de los productos en conserva para este tipo de guisos no necesitan más que agua y sal. Si compras el bacalao en salazón necesitarás un día para desalar el pescado.

Los ingredientes principales de esta receta ya contienen sal por lo que añadir sal al guiso es innecesario, sin embargo, si te parece soso porque no estás acostumbrado, añade sólo una pizca.

Ingredientes:

(Para dos personas)

  • Un trozo de lomo de bacalao en salazón por persona
  • 400 g de tomates enteros en conserva o naturales
  • Una taza de judiones en conserva por persona
  • Una cebolleta grande (tamaño de una naranja)
  • 2 dientes de ajo pelados y majados
  • Perejil fresco finamente picado
  • Aceite de oliva virgen
  • Sal marina (opcional, si la usas que sea con mucha moderación)
  • Pimienta negra
  • Una pizca de azúcar

Preparación:

  1. Enjuagar bien los trozos de bacalao para retirar toda la sal exterior y ponerlos en un recipiente con abundante agua fría. Guardar en la nevera. Durante 32 horas hay que cambiar al menos 4 veces el agua si los trozos son grandes. Si se hace con lomos más finos o trozos más pequeños pueden ser suficientes 24h y 3 aguas.
  2. Antes de añadir el bacalao desalado a cualquier guiso es mejor probar un poco para ver si está en su punto de sal. La sal lo cuece, así que no está crudo. Si estuviera muy salado podría estropear cualquier preparación culinaria.
  3. Preparar la salsa de tomate: lavar y trocear finamente la cebolleta grande. Pochar la cebolla troceada en una sartén con aceite de oliva virgen hasta que esté transparentando.
  4. Añadir los tomates y el jugo. Trocear con ayuda de una espátula de madera a medida que se vayan cociendo, mantener el fuego bajo y tapar. Guisar durante unos 10 minutos, salpimentar, añadir una pizca de azúcar para rectificar la acidez y los dos dientes de ajo majados. Remover y volver a tapar. Guisar a fuego lento.
  5. Enjuagar los judiones bajo el chorro del agua del grifo. Añadir a la salsa de tomate.
  6. En otra sartén, añadir un poco de aceite de oliva y freír el bacalao por el lado de la piel, de dos a 3 minutos, dar la vuelta y freír por el otro lado.
  7. Añadir los trozos de bacalao a la salsa de tomate y legumbres. Espolvorear de perejil picado y tapar. Cocinar durante unos minutos más.
  8. La salsa de tomate irá tomando un tono rojo anaranjado. Probar de sal y rectificar si fuera necesario pero evitar que esté salado.
  9. Justo antes de servir, añadir más perejil picado.

 

RECUERDA:
Nunca guardes en la nevera una lata empezada.
Vierte el contenido que te haya quedado en un recipiente de cristal o de plástico para alimentos.

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