Cuando se tiene intolerancia, alergia a los lácteos o cuando, por motivos de salud, no se pueden consumir lácteos puede afectar la vida social de algunas personas, salir a comer fuera de casa puede ser bastante complicado, especialmente en algunos países donde su gastronomía utiliza lácteos casi como ingredientes indispensable.
El riesgo de que nos sirvan un ingrediente escondido que nos haga daño puede ser alto, lo mínimo una urticaria o diarrea durante uno o varios días, lo más, riesgo de choque anafiláctico. Lo peor es la falta de formación de muchos trabajadores de la restauración sobre las alergias e intolerancia alimentarias.
Una de las opciones más habituales de las que solemos privarnos es la pizza. Sin embargo, no es tan difícil comer una buena pizza sin lácteos ni lactosa fuera de casa de forma segura, sólo hay que tener algunas precauciones. Aquí os damos algunas recomendaciones fáciles de seguir:
Recomendación 1: No tenga miedo de hablar
- Informe, pregunte y exija, siempre de manera simpática y amable.
- Exija la carta detallada de alérgenos, es obligatoria para todos los restaurantes, bares y otros establecimientos que sirven comida en la Unión Europea.
- Usted es un cliente que paga, por lo que tiene el derecho de saber lo que está comprando, no le dé reparo preguntar.
- El camarero no es experto en Nutrición: Debe tener en cuenta que, a pesar de tener que estar formados, el personal de restauración suele tener muy poca formación sobre problemas de salud relacionados con la alimentación.
- Explique su condición de salud en pocas palabras. Si nos andamos con muchas explicaciones acaban no entienden nada, así que el mensaje debe ser corto y preciso, sin ambiguedades.
- Por lo que es indispensable indicar claramente al camarero o cocinero que tenemos un problema con algún alimento.
- Intolerancia o alergía, ¡vaya lío! La mayoría de las personas interpretan «intolerancia» como algo poco grave, y no le suelen dar mucha importancia, alergia suena más grave.
- Intolerancia se relaciona directamente con «lactosa. Debido a tanta campaña publicitaria «sin lactosa», muchas personas no saben diferenciar entre intolerancia a la lactosa e intolerancia a la proteína láctea, además, muchas personas no conocen bien los derivados lácteos. Les dices que no puedes tomar lácteos y te responden que «no lleva lactosa» (pero ¿lleva mantequilla o margarina con proteína láctea?). También me ha pasado que digo, «por favor, sin nada de queso» y me preguntan, «pero ¿le pongo parmessano?»
- Ser habitual en un establecimiento siempre ayuda. Acaban conociendo lo que quiere el cliente y te sirven mejor.
Esto funciona: «soy alérgico/a, no puedo comer queso, ni ningún otro lácteo, ni trazas«.
Recomendación 2. Ver cómo preparan la pizza
- Es una buena práctica escoger una trattoría o pizzería en la que se puede ver cómo preparan la pizza.
- Los pizzaiolos preparan la masa ellos mismos y tienen visibles todos los ingredientes que utilizan.
- Cuando voy por primera vez a una pizzería, no me da reparo y espero mirando cómo preparan mi pizza para estar segura de que siguen las indicaciones que he dado.
Recomendación 3. Elegir los ingredientes
Cuando dejé de comer lácteos, pensé que no me gustaría comer una pizza sin queso, pero la verdad es que me gusta más sin ese ingrediente. Resulta menos pesada y es igualmente apetecible, además, tiene muchas menos calorías por lo que engorda menos. Por supuesto, no se puede pedir una «cuatro quesos» o «una margarita», pero hay muchas opciones que resultan deliciosas sin ingredientes lácteos.
Algunos ejemplos:
- Pizza caprichosa: salsa de tomate, alcachofas, champiñones, jamón cocido, olivas.
- Pizza de atún: salsa de tomate, atún, pimiento rojo asado.
- Pizza de jamón: salsa de tomate y jamón ibérico.
- Pizza con gambas: salsa de tomate, pimiento rojo, calabacín asado, gambas.
- Pizza hawaina: salsa de tomate, jamón cocido, piña.
Una opción muy rica es cambiar el jamón por un huevo.
Mi truco es pedir que cambien el queso por algo verde como hojas tiernas de espinaca o rúcula o algo fresco como una brunoise de tomate, cebolla roja y albahaca, que se añade al final, cuando la pizza está ya cocida, con un chorrito de aceite de oliva virgen para terminar.
Vegetarianas: Suele haber poco surtido de pizzas vegetarianas en los restaurantes, sin embargo, hay bastantes ingredientes fantásticos que se pueden combinar 100% vegetales: corazones de alcachofa, pimientos rojos asados, aceitunas verdes o negras, champiñones u otras setas, brócoli, piña, espinaca, rúcula, berenjena, tomate, ajo asado, tomates secados al sol, calabacín, champiñones, cebollas salteadas, rodajas cebollas rojas, pimientos jalapeños, albahaca fresca.
- Pizza vegetariana: salsa de tomate, calabacín asado, berenjena al horno, pimiento rojo asado, olivas negras, rodajas de cebollas rojas.
Recomendación 4. Que no te corten la pizza
El corte o marcado de la pizza se realiza con un cuchillo en rodillo que utilizan a toda velocidad sobre muchas pizzas, o sea sobre muchas pizzas con queso. Si no te quieres arriesgar a encontrar trazas en tu pizza pide que no te la corten.
Recomendación 5. Que no te quemen la pizza
- El horneado de las pizzas suele ser a muy alta temperatura, el riesgo es dore demasiado e incluso que se quemen algunos trozos.
- Desde 2007, se sabe que la acrilamida, una sustancia que se genera en los farináceos y patatas al exponerlos a altas temperaturas, aumenta el riesgo de cáncer de forma importante.
- Alérgico o no alérgico, intolerante o no intolerante, consuma pizza sólo de vez en cuando y pida siempre que esté cocida pero no muy tostada o quemada.
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