Se suele decir que tras un día estresante y agotador, no hay nada mejor que tomar un baño caliente para relajarse y descansar. Sin embargo, hay otro tipo de baño que ofrece más beneficios para la salud sin necesidad de tener que consumir una cantidad indecente de agua. Se trata de practicar Shinrin-yoku, que significa literalmente «baño de bosque«. Aunque los beneficios de pasar tiempo en plena naturaleza se reconocen en muchas culturas, sólo Japón ha hecho de esta práctica una actividad clave de la medicina preventiva; es una forma de medicina natural para tratar el estrés y mejorar otros trastornos de la salud.
Efectivamente, es algo común en Japón; consiste simplemente en pasear por el bosque prestando atención a todo lo que nos rodea, los olores, los sonidos, los colores, la luz, las texturas … más que un paseo es una forma de meditación en contacto con la naturaleza que nos rodea. Salvo si hace mucho frío o llueve, cualquier estación del año es buena para su práctica, cada mes del año el bosque se viste con trajes diferentes y multiplica las posibilidades de descubrir siempre algo nuevo.
Shinrin-yoku, en español se denomina baño de bosque, medicina forestal, terapia del bosque, terapia forestal.
¿Cuál es el origen del Shinrin-yoku?
Muchos factores de la vida urbana generan estrés. Sabemos que el estrés agudo y crónico, así como la recuperación insuficiente de dicho estrés, favorecen la aparición de enfermedades a largo plazo. El estrés se relaciona con problemas de salud mental como el síndrome de burnout, pero también con problemas cardiovasculares, neurológicos, del sistema digestivo, enfermedades autoinmunes o cáncer.
Esto sugiere que, en nuestra sociedad moderna y altamente urbanizada, el control del estrés es algo de vital importancia en el mantenimiento de la buena salud.
Los seres humanos necesitamos alguna forma de alivio de la tensión nerviosa, una vía de escape. Los ambientes naturales, incluyendo los grandes parques urbanos, los bosques naturales o aquéllos creados por el hombre están generalmente asociados con efectos positivos para la salud. Se ha probado que disfrutar del aire libre en un entorno verde es beneficioso para relajarnos y vaciar la mente de preocupaciones y problemas, en resumen, para aliviar el estrés.
Japón es una sociedad muy moderna pero de vida muy estresante. La Agencia Forestal Japonesa acuño el término Shinrin-yoku o terapia del bosque, durante la década de 1980, para promover la sensación de calma y bienestar que sienten las personas que siguen esta práctica. Actualmente, forma parte de las técnicas de medicina preventiva más usadas en Japón.
¿En qué consiste la terapia forestal?
Más allá de los beneficios evidentes para la salud física de caminar al aire libre (poca polución y poco ruido), la acción de pasear por el bosque proporciona una sensación de bienestar general. En Japón se organizan sesiones de Shinrin-yoku en grupo, se busca establecer una relación entre el hombre y la naturaleza para contrarrestar los efectos nocivos de la vida en la ciudad. El Shinrin-yoku se muestra como un excelente medio de desconectar completamente. Pasear atento al entorno que nos rodea lleva al espíritu a evadirse.
¿En qué consiste el Shinrin-yoku?
Efectivamente, el paseo tranquilo y atento por el bosque nos ayuda a llegar a un estado meditativo. Aprendemos a ponernos en contacto con otras formas de vida del mundo que nos rodea. En un baño de bosque abrimos nuestra mente a la naturaleza y nos ayuda a desarrollar nuestra intuición y todos nuestros sentidos.
Respiramos
Las exhalaciones del bosque son pura medicina. La fragancia de la tierra húmeda, las moléculas que desprenden los robles, cedros, hayas, pinos o musgos son una especie de aromaterapia. Respiramos y nos oxigenamos, eliminando toxinas de nuestro organismo, al tiempo que activamos el funcionamiento de nuestros órganos.
Observamos
Los seres humanos vemos más tonalidades del color verde que de ningún otro color, es una reminiscencia de nuestra vida ancestral en los árboles. Miremos detenidamente lo que nos rodea, fijémonos en los pequeños detalles, hojas de diferentes formas y colores, brotes, líquenes, setas, flores… A lo lejos podemos ver las luces que se filtran entre las copas de los árboles, las sombras de los troncos, el movimiento de las ramas, el rocío perlado en las hojas caídas…
Tocamos y sentimos
Shinrin-yoku nos invita a utilizar también el sentido del tacto para explorar la naturaleza. La textura de los troncos de los árboles. Sentimos el frescor del aire en la piel de nuestro rostro. Podemos tocar el barro como cuando éramos niños y, cuando el tiempo lo permite, meter los pies en el agua fresca de un riachuelo, andar descalzos por la hierba.
Escuchamos
Cuando estamos en plena naturaleza nuestros oídos están alerta al canto de los pájaros y otros animales, al agua en movimiento, la danza de los árboles altos mecidos por la brisa, el ruido de los insectos. Cuando caminamos en silencio podemos escuchar el mundo aparentemente silencioso que nos rodea.
Nos movemos
Aunque el Shinrin-yoku no es un deporte, una buena caminata también puede ser una excelente forma de practicar ejercicio saludable. Vamos a caminar de forma pausada, subimos y bajamos, llenamos nuestros pulmones de aire limpio, disfrutamos de cada instante con todos nuestros sentidos, sin prisas, pensando que el bosque está aportando algo bueno para nosotros.
¿Cuáles son los beneficios probados del Shinrin-yoku?
Se ha demostrado científicamente que la práctica del Shinrin-yoku beneficia la salud de la siguiente manera:
- Reduce el estrés;
- Mejora el estado de ánimo;
- Aumenta el nivel de energía;
- Mejora el sueño;
- Refuerza el sistema inmune gracias al aumento del número células asesinas naturales y de la tasa de inmunoglobulina A, B y G;
- El olor de los cedros y otros árboles ayuda a reducir la presión arterial;
- Aumenta la capacidad para concentrarse, incluso en niños con Trastorno de Déficit de Atención;
- Disminuye la sensación de dolor en pacientes con fibromialgia;
- Acelera la recuperación de una cirugía o de una enfermedad.
Cuando se practica de forma regular, además:
- Mejora la intuición y la capacidad de observación;
- Mejora las relaciones humanas si se practica en grupo;
- Aumenta la sensación de bienestar de manera general;
- Aumenta la conexión con la naturaleza y la necesidad de proteger nuestro medio-ambiente.
Empecemos ya
La práctica de Shinrin-Yoku es muy fácil para cualquier persona que pueda acceder a un bosque o a un gran jardín alejado de los ruidos de la ciudad y del tráfico. Ya que uno de sus objetivos es despertar nuestros sentidos, concentrándonos en la naturaleza evitando toda distracción, lo ideal es no llevar teléfonos móviles conectados o GPS, ni cámaras de fotos que podrán ser utilizadas en otras ocasiones.
España es el segundo país de la Unión Europea con más hectáreas de bosque, representa el 57% de su superficie total. Así que no hay excusa. Simplemente, disfrutemos de muchos momentos en plena Naturaleza, en el corazón de un bosque.
También te puede interesar: