La Colitis Ulcerosa y la Enfermedad de Crohn son las principales manifestaciones de las enfermedades de origen autoinmune conocidas como Enfermedad Inflamatoria Intestinal (EII), cuya incidencia no ha dejado de crecer en las tres últimas décadas en los países desarrollados.
Según datos de la Confederación de Asociaciones de Enfermos de Crohn y colitus Ulcerosa de España, por cada 100.000 habitantes se producen anualmente 15 nuevos casos de la enfermedad de Crohn y 10 de Colitis Ulcerosa, de los cuales el 25% de los afectados son menores de 18 años (datos de 2012 en España).
Se considera que la causa del desarrollo de la Colitis ulcerosa y Enfermedad de Crohn puede estar provocado por:
- variaciones genéticos en los cromosomas 5 y 10 aumentan el riesgo de desarrollar la enfermedad de Crohn, aunque no son probablemente la causa;
- la presencia de Mycobacterium avium subespecie paratuberculosis (MAP) pertenece a una familia de bacterias llamadas ‘Micobacterias’, que también incluye la tuberculosis y la lepra. MAP es la causa establecida de la enfermedad de Johne, una forma de enfermedad inflamatoria intestinal muy parecida a la enfermedad de Crohn (EC), que afecta a los animales, incluido el ganado doméstico. Los datos de los EE.UU. sugieren que el 91% del ganado vacuno lechero está infectado (aunque la mayoría de los animales no muestre signos externos de la enfermedad). Puede provocar la activación de la enfermedad;
- disbiosis de la flora intestinal relacionada con una alimentación inadecuaday un uso excesivo de antibióticos, pueden también actuar como activadores.
¿Qué está pasando en Japón y Korea?
En los países asiáticos más desarrollados se está produciendo un importante aumento de los casos de EII, hasta ahora poco frecuentes.
Cambios notables en los hábitos alimentarios, así como el uso excesivo de antibióticos y un entorno cada vez más aseptizado tienen un efecto negativo en la flora intestinal.
Aunque los tratamientos que actúan sobre el sistema inmunológico han sido eficaces en los pacientes con EII (inmunosupresores), estos medicamentos tienen importantes efectos secundarios y la interrupción del tratamiento conduce a la recaída en la mayoría de los pacientes, lo que sugiere que la desregulación inmune es un efecto y no una causa de las EII, según los investigadores de la Universidad de Keio en Japón.
Me ha parece especialmente interesante el estudio japonés publicado, en julio 2014, en el Korean Journal of Internal Medicine, titulado “Dieta, microbiota y enfermedad inflamatoria intestinal: lecciones de la alimentación japonesa” por la descripción que hace de la relación entre la nueva dieta japonesa y la incidencia de las EII en ese país, en particular analiza el vínculo entre los alimentos y la flora intestinal.
La población de los países asiáticos se encuentra en una encrucijada entre el cambio a una dieta más occidental y mantener su dieta tradicional rica en fibras, alimentos fermentados y poca grasa. El estudio concluye que los médicos deben animar a sus pacientes a consumir más “alimentos tradicionales” para promover la salud pública.
Introducción
En Japón, aproximadamente 140.000 pacientes con Colitis Ulcerosa y 40.000 con Enfermedad de Crohn están registrados en el Ministerio de Trabajo, Bienestar y Salud. Este registro no es obligatorio, pero tiene la ventaja de que los costes de atención sanitaria para las enfermedades inflamatorias intestinales (EII) de los pacientes registrados están cubiertos por el gobierno. Se estima que el número real de pacientes con EII en Japón puede ser un 20% a 40% superior a las cifras del registro, ya que algunas personas prefieren no inscribirse por cuestiones de privacidad. En comparación con otros países desarrollados, la incidencia de la EII en Japón se considera de baja a moderada, sin embargo, en los últimos años estas enfermedades están aumentando rápidamente.
Los avances en la tecnología de secuenciación de genes de nueva generación han permitido la identificación de más de 160 genes de susceptibilidad asociados a la EII en los últimos 10 años. Sin embargo, es poco probable que la causa primaria de la EII, en Asia, sea debida a dichos genes, ya que en los últimos 30 años el número de pacientes japoneses con EII ha aumentado 100 veces. Parece más probable que los cambios drásticos en el entorno social japonés, especialmente los hábitos alimenticios que conducen a un desequilibrio de la flora intestinal, conocida como disbiosis, sea la causa principal del desarrollo de una EII.
Rápidos cambios de los hábitos alimenticios en Japón
Hasta hace unos 150 años, Japón estaba complemente cerrado al resto del mundo. La mayoría de los japoneses no tenían contacto con los hábitos dietéticos occidentales y sólo se tomaban alimentos tradicionales japoneses. Al final de la era Edo, en 1868, el nuevo gobierno japonés abrió el país a los occidentales y se iniciaron relaciones diplomáticas y culturales con los países occidentales. Al mismo tiempo, el gobierno japonés promovió un estilo de vida occidental, incluyendo el tipo de vivienda, la ropa, la cultura y la dieta occidental. Sin embargo, sólo una pequeña proporción de japoneses, entre las clases más favorecidas, podía permitirse alimentos occidentales, mientras que la gran mayoría siguió comiendo alimentos japoneses frugales durante otros casi 100 años.
En aquellos tiempos, la dieta típica japonesa eran platos sencillos mayoritariamente vegetarianos, compuestos de arroz mezclado con cebada, sopa de miso con verduras de raíz y tofu fermentado, pescados pequeños asados a la parrilla y verduras encurtidas fermentadas. La fermentación era esencial para conservar los alimentos en ausencia de sistemas de refrigeración.
Tras el final de la Segunda Guerra Mundial, en 1945, con la llegada de la democracia, muchos japoneses se occidentalizaron.
Desde entonces, informes anuales del Ministerio de Trabajo, la Salud y el Bienestar Social en Japón han mostrado un rápido aumento de la ingesta de bebidas gaseosas ricas en azúcar, aperitivos occidentales ricos en grasa y en carbohidratos (por ejemplo, las patatas fritas), un aumento importante de proteínas y grasas de origen animal, al mismo tiempo que una rápida disminución en la ingesta de fibra dietética y alimentos fermentados.
Evidencias de la influencia de la dieta en el tratamiento de las EII
Se considera que la causa del desarrollo de la Colitis ulcerosa y Enfermedad de Crohn puede estar relacionado con:
- el aumento del consumo de carbohidratos refinados, de azúcares, grasas animales y de proteínas de origen animal, y
- la reducción del consumo de fibras dietéticas (prebióticos, oligosacáridos fermentables), frutas y verduras, y productos fermentados ricos en probióticos.
- Además, en los países industrializados, la infancia se desarrolla en un entorno cada vez más aseptizado, lo que hace que las personas tengan un sistema inmunitario más débil.
A pesar de que es muy difícil, por no decir imposible en la actualidad, determinar con absoluta certeza la causa de dichas enfermedades, muchos investigadores y personal clínico están convencidos de que se puede reducir la incidencia de esa enfermedad y mejorar el estado de los pacientes cambiando los hábitos alimenticios: abandonando la dieta rica en grasas, alimentos refinados y pobre en fibra, en favor de la dieta tradicional anterior a la modernización, rica en fibras y alimentos probióticos.
Salud y flora intestinal
Cada ser humano contiene 100 billones de bacterias, compuestos por más de 200 especies, con 50 veces más genes que en el genoma humano. Se cree que la disbiosis (importante desarreglo de la flora intestinal) o la pérdida de la diversidad microflora intestinal pueden dar lugar a muchas enfermedades inmunes (como las enfermedades inflamatorias intestinales (EII), entre las que se encuentra el síndrome del intestino irritable, enfermedad de Crohn, la colitis ulcerosa, colitis indeterminada, colitis colágena, colitis linfocítica).
Estos desarreglos de la flora intestinal también están asociados a otros trastornos como la obesidad, arteriosclerosis, alergias o el autismo. La incidencia de todas estas enfermedades está aumentando en los países occidentales y también en los países asiáticos desarrollados.
Alimentos de la dieta tradicional japonesa y coreana se recomiendan para pacientes con EII
Prebióticos
A pesar de los recientes hallazgos científicos en animales de laboratorio, en la práctica clínica diaria muchos gastroenterólogos y dietistas siguen recomendando a sus pacientes con EII evitar la fibra dietética, por lo menos durante las fases inflamatorias, ya que la fibra puede estimular la mucosa intestinal y agravar los síntomas. Los pacientes con enfermedad de Crohn y estenosis severa del intestino también pueden ser advertidos del riesgo de consumir fibra dietética debido a la posible obstrucción intestinal.
Sin embargo, en la práctica clínica en el Hospital de la Universidad de Keio, (Keio University School of Medicine) que trata a más de 2.000 pacientes con EII, se recomienda a sus pacientes que consuman más fibra dietética, incluyendo frutas, verduras, algas, setas secas (como el shiitake, shimeji, matsutake, nameko) y daikon (rábano japonés) seco.
Los japoneses “modernos” prefieren el arroz blanco al arroz pardo integral, que contiene el salvado de arroz, que es un alimento rico en fibra dietética y glucanos (fibra soluble que se encuentra en muchos cereales completos). Los que comen pan o derivados de la harina de trigo, consumen harinas refinadas a las que se les ha retirado el salvado, o sea son alimentos también exentos de fibra.
Debido a que la forma de vida moderna en Japón no permite que las personas sigan una dieta adecuada, el Hospital universitario de Keio recomienda a sus pacientes con EII que consuman arroz hervido con una porción de cebada, ya que este cereal integral formaba parte de la dieta tradicional japonesa. El objetivo es aumentar el consumo equilibrado y progresivo de fibra dietética soluble e insoluble, de forma progresiva cada mes o año, ya que la adecuada proporción entre fibras y prebióticos (alimentos fermentados) ayudan a digerir la fibra dietética. La cantidad de fibra dietética ingerida debe ser gradual y adecuada para evitar todo riesgo de obstrucción intestinal.
Probióticos
La ingesta de alimentos fermentados ricos en probióticos ha disminuido en Japón. Los japoneses han comido tradicionalmente muchos alimentos fermentados, como las verduras fermentadas en vinagre, pasta de soja fermentada, salsa de pescado fermentado, sushi de pescado fermentado y natto.
Antes de 1963, cuando empezó el uso generalizado de las neveras eléctricas, la fermentación se utilizaba para conservar los alimentos y protegerlos contra las bacterias que producen putrefacción.
Muchos japoneses contemporáneos evitan el consumo de alimentos fermentados debido a su fuerte olor. De hecho, el japonés de ahora, en especial los más jóvenes, prefieren el Kimchi ligero, que se puede hacer durante la noche, en lugar de Kimchi ácido, que requiere varios meses de fermentación y produce probióticos en abundancia. Además, a los jóvenes no les gusta comer Kusaya, un tipo de pescado muy fermentado similar al Hongeohoe en Corea, por su fuerte olor.
Editorial
Desafortunadamente se considera un signo de modernidad y de avance abandonar la dieta tradicional para abastecerse de alimentos procesados modernos al estilo “made in USA”. Sin embargo este tipo de dieta está llevando a la humanidad a la enfermedad crónica, diabetes, hipertensión, obesidad, artrosis, enfermedad cardíaca, dolor crónico, enfermedad inflamatoria intestinal…
Habrá que observar el impacto y la evolución de la salud en países como China o Brasil, así como en otros países en vías de desarrollo, que han empezado a transformar su dieta tradicional para acercarse a la dieta occidental europea y norteamericana.
Muchos pacientes de EII todavía reciben la recomendación de reducir al máximo el consumo de fibra, por ejemplo, preferir pan blanco a pan integral y eliminar todos aquellos alimentos ricos en fibra. Sin embargo, vemos que estudios recientes preconizan recomendaciones en sentido contrario. “… la dieta puede alterar la composición de la flora intestinal, azúcares refinados, hierro y grasas saturadas incrementan la agresividad de especies de bacterias dañinas, mientras que la fibra y alimentos prebióticos tienen un efecto protector.”[2]
Aún estamos a tiempo de dar marcha atrás a esta situación regresando a
una alimentación más natural, más vegetal y más integral.
Glosario
- Microbiota: Microflora intestinal.
- Disbiosis: Importante desarreglo de la flora intestinal
- Nato: Judías de soja fermentadas.
- Kimchi: plato tradicional coreano especiado hecho de pescado y vegetales de temporada. Se deja fermentar durante meses antes de ser consumido.
- Kusaya: cocina japonesa. Pescado salado, seco y fermentado. Parece que huele que apesta.
- Hongeohoe: cocina coreana. Pescado fermentado que desprende un fuerte olor a amoniaco.
Artículo publicado: 4 agosto 2014
Ultima revisión: 9 noviembre 2015
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Sin palabras, mi médico ya me habia informado de ese cambio en las dietas, como posible incidencia de la EII y en mi caso, yo llevaba años comiendo mal, mucha leche, dulces, tapas, refrescos, pizzas, pan refinado y con trigo mutado… otro articulo interesante sería este, la mutación de especies, sigmaliet no se si lo conoces no recomienda el trigo en su dieta para curar enfermedades del sistema inmunitario.