El impacto de la nutrición en la función inmune fue evocado por primera vez en 1810, cuando la atrofia del timo en pacientes desnutridos fue descrita por JF Menkel. Pero, sobre todo en los últimos diez años,  los conocimientos en inmunología nutricional o immunonutrición no han cesado de crecer y se han establecido muchas conexiones moleculares entre alimentos de nuestra dieta y su influencia sobre las células inmunes.»>

Dado que hasta el 70% de los inmunocitos y más del 90% de todas las células Ig se encuentran en el intestino, que se considera el órgano inmune más grande,  la influencia de los nutrientes sobre el sistema inmune humano se está tomando en cuenta cada vez más.

El resveratrol modula fuertemente la respuesta inmune incluyendo la actividad de las células asesinas (Natural Killers) .

Las células NK se identificaron por primera vez en 1975, la importancia del descubrimiento fue por su capacidad para defendernos contra la infección de un virus, bacterias o parásitos, o su capacidad para eliminar las células cancerosas. Desarrollo de las células NK se produce principalmente en el entorno de la médula ósea.

El resveratrol y la salud

Desde principios de 1990, cuando se estableció la presencia de resveratrol en el vino tinto, la comunidad científica ha estado explorando los efectos del resveratrol sobre la salud. En concreto, se postuló que el consumo de resveratrol a través del consumo moderado de vino tinto podría ayudar a explicar el hecho de que los franceses tienen una incidencia relativamente baja de enfermedad coronaria, a pesar de consumir alimentos con alto contenido de grasas saturadas (muchos lácteos y carnes), un fenómeno conocido como el «paradoja francesa«.

Desde entonces, se publican regularmente estudios sobre el resveratrol y sus propiedades:

  • Antienvejecimiento y Antioxidantes (aunque el kiwi, los cítricos, la granada y otros alimentos de origen vegetal son mejores antioxidantes);
  • Antiinflamatorio;
  • Neuroprotectoras, para prevenir el envejecimiento neuronal y la pérdida de la memoria;
  • Inmunomoduladoras;
  • Antitumorales, para ayudar a prevenir el cáncer de colon cuando se consume en dosis pequeñas combinados con otros componentes bioactivos;
  • Cardioprotectoras, para retrasar el desarrollo de enfermedades cardiovasculares;
  • Consigue mejorar significativamente la sensibilidad a la insulina; en un estudio con hombres con diabetes tipo 2, el resveratrol redujo los niveles de glucosa en la sangre y el retraso en pico de glucosa después de una comida estandarizada.

Fuentes alimenticias

El resveratrol se encuentra en la piel de la uva negra, el vino (sobre todo el tinto), zumo de uva, cacahuete (maní), cacao, soja y algunas bayas como los arándanos y cranberries, así como de plantas medicinales como el knotweed japonés.

La variedad de uva que más resveratrol tiene es la Merlot.

Consume el vino tinto con mucha moderación («menos es más») y  aprovecha los beneficios de otros alimentos muy ricos en antioxidantes como el kiwi, los arándanos o la granada.

 

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Una pequeña dosis de resveratrol es más eficaz para prevenir el cáncer de colon y retrasar el envejecimiento

 

Referencias:
[1] Linus Pauling Institute. Micronutrient Information Center – «Resveratrol».
[2] Christian Leischner, Markus Burkard, Matthias M. Pfeiffer, Ulrich M. Lauer, Christian Busch and Sascha Venturelli – «Nutritional immunology: function of natural killer cells and their modulation by resveratrol for cancer prevention and treatment» (Mayo 2016) Nutrition Journal
[3] Catalina Alarcón de la Lastra andIsabel Villegas – «Resveratrol as an anti-inflammatory and anti-aging agent: Mechanisms and clinical implications» (2005) Molecular nutrition
[4] Dominique Delmas, Brigitte Jannin andNorbert Latruffe – «Resveratrol: Preventing properties against vascular alterations and ageing» (2005) Molecular nutrition
[5] James M. Smoliga, Joseph A. Baur, Heather A. Hausenblas – «El resveratrol y la salud – Una revisión completa de los ensayos clínicos en humanos» (2011) Molecular nutrition