La leche de cada especie de mamífero está diseñada para ser el único alimento entre el nacimiento y el destete, para sostener el crecimiento rápido que se produce en esa etapa de la vida del bebé o la cría.

Por muy completa y nutritiva que sea la leche de vaca, nadie ha visto una vaca adulta beber leche, sólo la toman los terneros hasta que son capaces de comer alimentos sólidos, hierba o pienso. Los humanos somos los únicos mamíferos adultos que, contra natura, bebemos leche después del período de lactancia y además de otra especie, ningún otro animal consume leche alcanzada la edad adulta.

 

La producción industrial de la leche de ahora y la leche de antes

El profesor Henri Joyaux nos recuerda que cuando antiguamente se iba a comprar la leche a la vaquería, se debía hervir 2 veces para matar las bacterias pero, además, se destruían las hormonas y factores de crecimiento. En nuestros días el 98% de la leche es tratada a ultra alta temperatura (UHT), 135oC – 140oC durante 3 segundos para destruir los gérmenes nocivos pero no destruye los factores de crecimiento.

Como explico más adelante, numerosos estudios científicos están afirmando que la leche animal, como la vaca, contienen factores de crecimiento que favorecen el desarrollo de células cancerígenas y de  enfermedades autoinmunes.

 

Las vacas sólo son fábricas de hacer leche

En la publicidad nos presentan hermosas vacas de piel brillante, pastando tranquilamente en verdes prados bajo un cielo azul radiante, pero la realidad del mundo de la industria láctea es bien distinta.  Como las de la publicidad hay algunas, sí, pero son poquísimas.

La mayoría de las vacas son esclavas de la leche, viven en establos-fábricas cada vez más grandes, donde pasarán más de media vida encerradas sin ver la luz del sol; todo lo que importa es que produzcan muchos más litros de leche.

Como la mujer, una vaca no puede producir leche si antes no ha estado preñada. Las vacas industriales son forzadas a quedarse preñadas año tras año. Cuando el ternero nace, las atenciones de su madre duran muy poco ya que al día siguiente, o a los dos días, la cría es arrancada de su madre. Los machos pasan al proceso de engorde para ser sacrificados en cuanto consiguen el peso y las hembras seguirán el ciclo infernal de sus madres, tras ser alimentadas artificialmente durante varios meses encerradas en establos.

Como consecuencia del esfuerzo físico de quedarse constantemente preñadas y de producir enormes cantidades de leche, casi constantemente, las vacas acaban enfermas y agotadas. Un tercio de las vacas sufre mastitis y otras enfermedades y deben ser tratadas con antibióticos.  La mayoría de las vacas están gestando nuevos fetos y produciendo leche al mismo tiempo. Con lo que la leche que se comercializa no sólo contiene hormonas de crecimiento sino también hormonas de embarazo de las vacas.

La gran demanda del mercado de lácteos está provocando que el mismo tratamiento inhumano lo sufran cabras y ovejas. Ya no se trata de rebaños que pastorean libremente en el campo guiados por un pastor y su perro, ni hacen la trashumancia; la mayoría de ovejas y cabras destinadas a la producción de leche y queso son criadas de forma industrial, lo que significa animales encerrados, hembras preñadas constantemente, sus crías separadas inmediatamente y alimentadas de forma artificial y el ciclo diabólico de maltrato animal suma y sigue.

 

Leche, factores de crecimiento y hormonas

El famoso cirujano francés, cancerólogo y profesor de universidad, autor prolífico, doctor Henri Joyaux lo repite en todas sus conferencias: Es cierto que la leche de vaca es muy nutritiva, repleta de factores de crecimiento y de hormonas,  es un “superalimento” de crecimiento para el ternero, pero no para los humanos, ya que mientras la leche materna humana hará engordar al bebé 5 kg en un año, la leche de vaca hará que los terneros que nacen con unos 32 kg consigan ganar 130 kg o más en 6 meses.

 

Factores de crecimiento de la leche de vaca acaban en nuestra sangre

Y eso es gracias a sus nutrientes pero especialmente a los tres factores de crecimiento que contiene su leche: epidermal growth factor (que favorece el crecimiento celular y el crecimiento del epitelio intestinal, no se destruye durante la pasteurización ya que se encuentra también en el suero de leche y en el queso), transforming growth factor  (puede afectar el sistema inmune humano y, en consecuencia, favorecer el desarrollo de alergias y de enfermedades autoinmunes), insulin growth facteur IGF (que se ha relacionado con el desarrollo del cáncer).

En 2011, el Dr Wiley del Departamento de Antropología de la Universidad de Indiana, en USA, en su estudio sobre cómo afecta el IGF1 (insulin growth factor 1) de la leche de vaca en el humano, que “el consumo habitual de leche es un comportamiento alimentario evolutivamente nuevo para el ser humano, que tiene el potencial de alterar los parámetros de la historia de vida humanos, especialmente en lo relativo al crecimiento, lo que puede tener consecuencias biológicas negativas a largo plazo.”

Walter Willet, investigador y responsable de la Facultad de Salud Pública y Nutrición de la Universidad de Harvard, afirma que ya hay muchas pruebas de que los hombres que consumen leche o productos lácteos a diario tienen de 30 a 70% más de posibilidades de desarrollar un cáncer de la próstata mortal. Investigaciones muestran que la nutrición tiene un papel importante en la determinación de los niveles séricos de IGF-1. Parte del IGF-1 de la leche de vaca, que sirve para hacer crecer a los terneros, atraviesa la pared del intestino y pasa a la sangre, también puede llegar indirectamente (como resultado de la acción de otros factores). El consumo de leche de vaca y productos lácteos bovinos está vinculado a un aumento de los niveles de IGF-1, que a su vez están vinculados a varios tipos de cáncer.

Por otro lado, en la dieta moderna, un elevado consumo de alimentos ricos en gluten acaban de agravar el problema. Ya que los cereales modernos, con un alto contenido en gluten, favorecen la porosidad intestinal.

 

Leche: aún más riesgos para la salud

La presión de la industria alimentaria es enorme, muchas investigaciones sobre los beneficios de los lácteos están financiadas por los propios industriales. Sin embargo la lista de médicos e investigadores que alertan sobre los riesgos derivados de su consumo no cesa de crecer y, cada vez con más fuerza y más frecuencia, las Autoridades sanitarias deben hacer frente a las alegaciones de dichos profesionales.

Según el eminente cirujano y cancerólogo Henri Joyaux, a las mujeres también les afecta aumentando sensiblemente el riesgo de cáncer de mama. Este médico y profesor francés no cesa de informar en sus clases, conferencias y libros sobre los riesgos de la alimentación moderna y de los efectos del consumo de productos lácteos de animales grandes, especialmente las vacas de producción lechera industrial, en el desarrollo del cáncer, de las enfermedades autoinmunes y otros trastornos de la salud.

Un eminente investigador en Nutrición humana, el doctor y profesor T. Colin Campbell que ha investigado durante toda su vida el efecto de las proteínas de origen animal en la salud humana. Hoy promueve una dieta exclusivamente vegetal y recuerda que el suero de leche es utilizado para provocar inflamación en los animales de laboratorio. La inflamación es el primer estadio del cáncer.

Los países mayores consumidores de lácteos son los que tienen un mayor índice de osteorporosis y de rotura de cadera.

Las histaminas son sustancias que favorecen una respuesta inflamatoria. Las leche y las proteínas de origen animal son las principales fuentes de histaminas en nuestro organismo.

Problemas gastrointestinales (colitis, enfermedad de Crohn, colitis ulcerosa, gastritis, malabsorción, diarrea, estreñimiento crónico,  cólicos, …), problemas respiratorios (rinitis, asma, sinusitis, mucosidad crónica..), problemas articulares (artritis reumatoide y otras formas de artritis).   problemas de la piel (eccema, dermatitis atópica, seborrea, urticaria, acné), problemas del sistema nervioso (fatiga crónica, depresión, autismo, esquizofrenia, hiperactividad, migrañas y dolor de cabeza recurrente), problemas de la sangre (anemia de hierro…) y muchos otros trastornos mejoran cuando se abandonan los lácteos. Hasta 100 enfermedades han sido repertoriadas por el Dr Jean Seignalet.

 

Referencias
[1] Lee JH, Noh J, Noh G, Choi WS, Cho S, Lee SS – Department of Paediatrics, College of Medicine, Chungnam National University, Jung-gu, Daejeon, Korea – “Allergen-specific transforming growth factor-β-producing CD19+CD5+ regulatory B-cell (Br3) responses in human late eczematous allergic reactions to cow’s milk” (NCBI)
[2]  Wiley AS -Human Biology Program and Department of Anthropology, Indiana University, Bloomington, Indiana 47405, USA – “Cow milk consumption, insulin-like growth factor-I, and human biology: a life history approach” (2011) NCBI
[3] Dr. Henri Joyeux – www.professeur-joyeux.com
[4] Dr Jean Seignalet – «Alimentación, la Tercera Medicina»
[5] Dr Gilbert Manso – «Why Milk makes us sick – Rethinking Food»
[6] Bavera, G. A. 2005. Cursos de Producción Bovina de Carne, FAV UNRC – «Lactancia y destete definitivo del ternero» .
[7]  G. Aunchayna Noay, GR Rodríguez Cáceres – Facultad de Veterinaria, Universidad de Montevideo, Uruguay – «Efecto de la oferta de forraje pre y posparto en vacas primípares Hereford pastoreando en campo natural sobre el crecimiento del ternero predestete» (2013)

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2 Respuestas

  1. CARMELA

    Buenísimo artículo, hace un año que me diagnosticaron intolerancia a la lactosa, aunque realmente es algo que viene de nacimiento. Siempre he tenido mis periodos de tomar menos lácteos, durante el embarazo me pasé a la leche sin lactosa y cuando empecé a notar mas molestias (pasados los 10 meses de mi hijo) empecé con las leches vegetales. Después, empecé a eliminar todo aquello que tuviera lactosa, me encontraba mucho mejor y cuando me hice las pruebas no me hizo falta ni siquiera esperar los resultados, me hinche como si estuviera de nuevo embarazada de 6 meses. Estoy mejor pero realmente, no sabemos lo que comemos, aún mirando etiquetas y tomando Nutira cuando salgo por ahí (por si acaso) tengo días malos. De nuevo, enhorabuena por el blog y este artículo. Besos