Estudios científicos han demostrado que el consumo de azúcar produce una forma de adicción y puede conllevar a problemas graves para la salud. La mayoría de niños y adultos desarrollan un apetito casi insaciable por los alimentos y bebidas dulces, pero lamentablemente nuestro metabolismo no ha evolucionado lo suficiente como para ser capaz de procesar edulcorantes como el jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) en las cantidades que algunas personas los están consumiendo.
“El JMAF es un factor de riesgo de diabetes, una de las enfermedades crónicas más graves del mundo”, afirma Tim Lobstein, director de política de la Asociación Internacional para el Estudio de la Obesidad.
Los efectos metabólicos adversos (como diabetes, problemas cardiovasculares, exceso de grasa en los órganos internos) tras el consumo excesivo de fructosa se han convertido en un tema candente en los medios de comunicación y, actualmente, hay un debate científico riguroso con respecto a los períodos de exposición, los niveles de dosificación o los efectos interactivos con otros azúcares y grasas. Todavía persisten diferencias de opinión sobre los azúcares, como la sacarosa y la fructosa, y el hecho de que están contribuyendo en la actual epidemia de obesidad y diabetes.
En 1567, Paradelso dijo que la dosis hace el veneno. «¿Hay algo que no sea veneno? Todas las cosas son veneno y no hay nada que no lo sea. Solamente la dosis determina que una cosa sea o no veneno: dosis sola facit venenum”.
JMAF y los niños
Los niños son particularmente sensibles porque muchos están muy expuestos a alimentos dulces:
- Cereales para el desayuno,
- bebidas azucaradas,
- postres industriales,
- bollería industrial,
- hamburguesas fast-food (el pan de molde está edulcorado y la carne alimentada con maíz transgénico),
- caramelos y golosinas,
- leche chocolateada,
- zumos tipo néctar (extremadamente dulces),
- salsas y muchos otros productos industriales.
El consumo continuado de JMAF, a largo plazo, aumenta el riesgo de diabetes y obesidad infantil y otras enfermedades crónicas a edades más tempranas.
Por otro lado, un alto consumo excesivo de azúcar está asociado con hiperactividad y el síndrome de falta de atención.
Efectos de una alta exposición a los azúcares refinados durante el embarazo
Cada vez es mayor el número de bebés expuestos a alimentos y bebidas endulzadas con azúcares refinados antes del nacimiento y durante la lactancia materna, a través de la alimentación de sus madres. Todavía no se han determinado los efectos a largo plazo de esta exposición perinatal. Hay pocos estudios observacionales y controlados en humanos, sin embargo, en estudios con animales se han observado que el consumo excesivo de alimentos y bebidas endulzadas provoca una mayor incidencia de diabetes gestacional.
¿Por qué se utiliza el jarabe de maíz de alta fructosa?
El periodista y autor Michael Pollan dice que el maíz industrial barato (OGM – transgénico) se produce en enormes cantidades, por lo que es fácil encontrarlo escondido en muchos alimentos que compramos en el supermercado, es un ingrediente que está casi siempre presente en lo que llamamos “comida rápida” y en muchos productos de bajo precio. El azúcar de maíz es el edulcorante de la soda, es el ingrediente secreto de muchos bollos y del pan de molde, también sirve de endulzante a muchos cereales para el desayuno que damos a nuestros hijos. El jarabe de maíz de alta fructosa (JMAF) se descubrió en la década de 1950, pero no fue hasta los años 70, con el encarecimiento del precio del azúcar, cuando empezó a ser ampliamente utilizado por la industria de la alimentación. El JMAF es un ingrediente barato y con un poder endulzante muy superior a la sacarosa.
Como pasó con el descubrimiento de los riesgos de las grasas Trans en la salud, ya es tiempo de empezar a tomar medidas serias para la reducción de su consumo.
Esté atento y lea bien las etiquetas
Algunos ingredientes deben visualizarse como si llevaran una “tarjeta roja” en signo de peligro. Los alimentos que contienen jarabe de maíz de alta fructosa están asociados a comida procesada de muy mala calidad. Si usted ve este ingrediente en una etiqueta, lo más probable es que no sea un alimento recomendable.
Si desea mantenerse sano, perder peso o no ganarlo, evitar o mejorar de una enfermedad crónica, ayudar a reducir el sobrepeso y evitar la obesidad, una de las primeras cosas que se pueden hacer es eliminar las grasas trans y el jarabe de maíz de alta fructosa de su dieta y de la dieta de sus hijos.
En el Reino Unido se puso en marcha un sistema de etiquetas para indicar con colores la peligrosidad o inocuidad de su composición:
(1) Dailymail.co.uk – “ Are sugar addictive? Scientists say high fructose corn syrup addictive as cocaine
(2) Hilary Parker – Princeton University “A sweet problem: Princeton researchers find that high-fructose corn syrup prompts considerably more weight gain” (2010)
(3) Morgan RE – School of Nursing, University of Pennsylvania, Philadelphia, PA, USA – “Does consumption of high-fructose corn syrup beverages cause obesity in children?” (2012)
(4) X Ma y otros – Division of Endocrinology, Department of Internal Medicine, The First Affiliated Hospital of Zhengzhou University, Zhengzhou, China – “Ghrelin receptor regulates HFCS-induced adipose inflammation and insulin resistance” Nutrition and Diabetes Journal (2013)
(5) USC University Southern California – “Researchers at University of Southern California and University of Oxford find link between high fructose corn syrup and increased global prevalence of diabetes” (2012)