El consumo de leche de vaca puede estar asociado o afectar diversos trastornos de la sangre, la razón principal suele ser la capacidad alérgena de sus proteínas y su potencial efecto proinflamatorio.
Enfermedades y trastornos hematológicos:
Indice:
- Amiloidosis
- Anemia ferropénica
- Arteriosclerosis
- Colesterolemia
- Diabetes tipo 1
- Gota
- Hipercalemia / Hiperpotasemia
- Hipogammaglobulinemia
- Trombictopenia (niveles bajos de plaquetas)
- Trombocitopenia inmune primaria
Amiloidosis
La amiloidosis es un trastorno en el que se acumulan proteínas anormalmente en tejidos y órganos. La causa de la amiloidosis primaria se desconoce. Montones de proteínas anormales se acumulan en ciertos órganos, lo que reduce su capacidad para funcionar correctamente. Los síntomas dependen de los órganos afectados. Esta enfermedad puede afectar a la lengua, los intestinos, los músculos esqueléticos y músculos lisos, los nervios, la piel, los ligamentos, el corazón, el hígado, el bazo y los riñones. Los síntomas incluyen: ritmo cardíaco anormal, fatiga, entumecimiento de manos o pies, dificultad para respirar, ronquera o cambio de voz y dolor en las articulaciones.
Aunque nuevos hábitos alimenticios, suplementos y fitoterapia pueden ayudar a reducir la inflamación y a frenar la progresión de esta enfermedad, no debe ser tratada únicamente con terapias complementarias y alternativas, ya que requiere obligatoriamente seguimiento médico y fármacos adecuados. En cuanto a la dieta, se recomienda limitar el consumo de carne ya que se sospecha que una sustancia llamada factor estimulador de amiloidosis (AEF), a veces se encuentra en los alimentos animales enfermos lo que puede aumentar el riesgo de amiloidosis en personas que comen esos alimentos. Se ha demostrado que el AEF puede ser un acelerador de los depósitos de amiloides en ratones. También se deben evitar todos los alimentos que favorecen la inflamación como los alimentos procesados, cafeína, aditivos alimentarios, productos lácteos y azúcares refinados.[9]
Anemia ferropénica:
El consumo de leche de vaca por bebés y niños pequeños tiene efectos adversos sobre sus reservas de hierro, este hecho ha sido bien documentado. Hay tres razones que pueden ser la causa de dicha situación: la primera causa es que la leche de vaca tiene un contenido bajo en hierro, por lo que hace máse difícil para los niños obtener las cantidades de hierro necesarias para su crecimiento; la segunda causa es la pérdida de sangre oculta intestinal asociada con el consumo de leche de vaca durante la infancia, una condición que afecta alrededor del 40% de los niños sanos, el déficit de hierro por pérdida de sangre disminuye con la edad, cesando normalmente tras el primer año de edad; la tercera causa posible es la inhibición de la absorción de hierro no hemo por culpa del calcio y la caseína de la leche de vaca, ambos presentes en grandes cantidades. En algunos países se suplementan las fórmulas a base de leche de vaca con hierro para proteger a bebés y niños pequeños contra los efectos negativos de la leche sobre la absorción del hierro. [1]
Arteriosclerosis:
La arteriosclerosis es una alteración vascular de las arterias que se caracteriza por el aumento del grosor, el endurecimiento y la pérdida de elasticidad de las paredes arteriales, limitando el flujo de sangre rica en oxígeno. La arteriosesclerosis puede provocar problemas graves como: ataque cardíaco o angina de pecho y ataque o derrame cerebral.
La caseína es una proteína abundante en la leche de vaca que tiene diversas variantes, dos de los cuales son la beta-caseina-A1 y la beta-caseína-A2. Los niveles de estas dos proteínas varían considerablemente dependiendo de la raza de la vaca. Existen estudios epidemiológicos que sugieren la existencia de una relación entre el consumo de lácteos y el grado de aterosclerosis. En un estudio australiano con conejos, se analizó el efecto directo del consumo de β-caseína-A1 y β-caseína-A2 con el desarrollo de aterosclerosis. Concluyó que la ß-caseína-A1 es más aterogénica que la β-caseína-A2. La aterogenia es el conjunto de alteraciones que permiten la aparición de placa de grasa en las arterias. Dicha placa acaba transformándose en una placa de calcificación que disminuye la elasticidad arterial y otros trastornos vasculares.[2]
Las personas que siguen una dieta alta en proteínas de origen animal también suelen seguir una dieta baja en vegetales, este tipo de dieta aumenta el riesgo de sufrir arteriosclerosis y enfermedad cardíaca.
Colesterolemia:
El colesterol alto aumenta el riesgo de enfermedades del corazón y ataques al corazón. La mayor parte de lo que representa el nivel de colesterol total en sangre proviene de lo que comemos. Alimentos que contienen grasas «trans» (como lo que se encuentra en la margarina y los aceites vegetales hidrogenados) y las grasas saturadas contribuyen al aumento del colesterol LDL (el malo). La reducción de la ingesta total de grasas de la carne roja, de productos lácteos enteros y de alimentos procesados sigue siendo fundamental en el control de los niveles de colesterol y de los triglicéridos. El consumo de azúcar refinada y de otros azúcares utilizados por la industria alimentaria en bebidas y alimentos procesados (jarabe de maíz de alta fructosa) también se asocia con niveles elevados de colesterol y triglicéridos.[3] El consumo de alimentos que ayudan a reducir el colesterol también ayuda con el tratamiento de otros problemas de salud comunes como la diabetes, resistencia a la insulina, obesidad e hipertensión. A contrario, los alimentos ricos en fibra como verduras, frutas, frutos secos, semillas y legumbres son muy útiles para regular el colesterol, ya que la fibra ralentiza la absorción de grasas y azúcares en los intestinos. Seguir leyendo: «Alimentos que ayudan a regular los niveles de colesterol».
Diabetes tipo 1:
La diabetes tipo 1 pertenece al grupo de enfermedades autoinmunes. Las enfermedades autoinmunes se producen cuando el cuerpo identifica incorrectamente sus propias células como si se tratase de un organismo agresivo externo. Los investigadores han estado estudiado lo que puede provocar que el sistema inmunológico actúe contra sí mismo, tienen varias teorías pero, por ahora, no existe certeza sobre una única causa. Uno de los posibles activadores que se citan es la leche de vaca, su consumo en niños menores de dos años, genéticamente sensibles, se asocia con un mayor riesgo de desarrollar diabetes tipo 1 al hacerse mayores. La beta-caseína-A1 puede desencadenar una respuesta inmune que, más tarde, se vuelve contra las células beta del páncreas. La composición de las proteínas de la leche de vaca, en particular la beta-caseína-A1, es muy diferente a la caseína que se encuentra en la leche materna humana.[4]
Hipercalemia / Hiperpotasemia:
La hiperpotasemia o hipercalemia se produce cuando los niveles de potasio en sangre están por encima de los valores normales. El potasio es un mineral esencial para nuestro organismo, lo necesitamos para el funcionamiento del sistema nervioso y del corazón, sin embargo, cuando sus niveles son muy altos pueden provocar un ritmo cardíaco anormal, pulso irregular y náuseas. Puede ser consecuencia del alcoholismo y de la enfermedad de Addison. Se trata con el uso de diuréticos y una dieta adecuada. Hay muchas frutas y vegetales ricos en potasio (plátanos, patats, lentejas, nueces, melocotones, salmón, tomate, sandía, etc.), por lo que las personas con esta dolencia deberán elegir aquellos con menos potasio por porción. También se recomienda evitar los alérgenos alimentarios, los alimentos que contienen gluten, la soja, el maíz, los conservantes, aditivos alimentarios, alimentos muy procesados. Además de ser alérgenos, la leche y los lácteos también aportan abundante potasio, por lo que puede ser aconsejable no consumirlos hasta que los niveles se normalicen.[10]
Hipogammaglobulinemia:
La hipogammaglobulinemia es una disfunción del sistema inmune que se caracteriza por una concentración baja de todas las inmunoglobulinas (anticuerpos) en sangre lo que provoca inmunodeficiencia. Durante la primera infancia, algunos niños pueden sufrir alergia a la leche de vaca, inmunoglobulinas y células pueden filtrarse a través de la mucosa inflamada. Se pueden eliminar los síntomas así como normalizar los valores de inmunoglobulina fácilmente eliminando los lácteos de la dieta del paciente.[8]
Gota:
Una modificación importante de la dieta es la recomendación habitual para los pacientes con gota. Los lácteos no provocan gota. Pero como esta enfermedad se produce por un exceso de ácido úrico, las personas que toman lácteos deben limitarse a consumir sólo variedades bajas en grasas saturadas. Seguir leyendo: «Dieta para bajos los niveles de ácido úrico».
Trombocitopenia (Niveles bajos de plaquetas):
La trombocitopenia es una alternación de los valores normales de la sangre de una persona en el que se presentan recuentos excepcionalmente bajos de plaquetas. Las plaquetas, también denominadas trombocitos, son las que detienen el sangrado, ayudando a la sangre a coagular, cerrando los vasos sanguíneos dañados. La trombocitopenia se produce cuando el cuerpo no produce las plaquetas suficientes, las pierde o destruye las plaquetas. Las causas pueden ser múltiples, aunque es frecuente en las personas con tratamiento de quimioterapia para luchar contra el cáncer, también lo pueden sufrir personas con algún tipo de infección, deficiencia en vitamina B12, las que sufren de una enfermedad autoinmune y también puede ser un efecto secundario de ciertos fármacos.
Como con cualquier otro trastorno de la salud, la dieta también puede influir positiva o negativamente.
Es importante consumir alimento que ayuden a reforzar el sistema inmunitario, gracias a abundamentes vegetales de cultivo ecológico, especialmente de hoja verde (espinacas, acelgas, brócoli, col kale) y frutas ricas en antioxidantes como la granada, papaya y el kiwi, también alimentos ricos en vitamina A (boniato, zanahoria, calabaza), ácidos grasos omega3 (aceite de linaza, aceite de oliva virgen extra en crudo, frutos secos); preferir el pescado o carnes magras (ave, conejo) en vez de otras carnes.
Se recomienda eliminar, en lo posible, todos los alimentos altamente procesados y refinados (azúcar, harina, arroz blanco). Asimismo, se deben evitar los fritos y la charcutería. Por otro lado, se debe reducir el consumo de uva, ajo, jengibre, ginseng, tomates y berenjenas. Conviene evitar todos los alimentos que contienen quinina (agua tónica), aspartamo (bebidas carbonatadas, golosinas, bollería baja en azúcar), alcohol (cerveza, vino, licores).
También se recomienda eliminar o reducir el consumo de lácteos, incluyendo la leche, queso, helado y yogur, debido a que ese grupo de alimentos contribuye a la exacerbación de las enfermedades autoinmunes. El calcio puede ser obtenido gracias a otras fuentes que no sean lácteos.
Sustancias que se han asociado con niveles bajos de plaquetas: leche de vaca y lácteos, cranberry (arándanos rojos), nueces, tahini, té de hierbas Jui, semillas de altramuz.[5,6,7]
Trombocitopenia inmune primaria
La trombocitopenia inmune primera es una enfermedad autoinmune en la que el cuerpo ataca a las plaquetas y las destruye. Ver las recomendaciones alimenticias en «Trombocitopenia«.
Saber más:
- Alimentos que ayudan a regular los niveles de colesterol
- Dieta para bajar los niveles de ácido úrico
- Enfermedades y Lácteos