La intolerancia a la lactosa puede esconder enfermedades del aparato digestivo.

Es bastante inusual que la intolerancia a la lactosa se presente de repente ya que suele ser un proceso progresivo.

La causa más común de desarrollar intolerancia a la lactosa se debe a que los niveles de la enzima lactasa, que se encuentra en el intestino delgado, son demasiado bajos. Esto provoca una serie de trastornos digestivos y otros síntomas.

 

Las células que recubren el intestino delgado producen una enzima llamada lactasa. Esta enzima se ​​une a las moléculas de lactosa de los alimentos que comemos y se divide en dos azúcares simples, glucosa y galactosa, los cuales pueden ser absorbidos en el torrente sanguíneo. Sin la suficiente enzima lactasa, la mayor parte de la lactosa de los alimentos llega hasta el colon sin procesar provocando gases, hinchazón, dolor abdominal y diarrea.

Como la intolerancia a la lactosa comparte muchos síntomas con diversos trastornos intestinales algunos de los cuales pueden ser graves, es importante que la intolerancia sea confirmada con un diagnóstico médico y no limitarse a eliminar la lactosa de la dieta. Muchas personas que creen tener intolerancia a la lactosa no dan positivo en los test de hidrógeno, que es uno de los métodos de diagnóstico, por lo que puede haber otra causa que provoque los trastornos digestivos.

Tipos de intolerancia a la lactosa

Existen tres tipos de intolerancia a la lactosa:

Intolerancia primaria

Normalmente, el cuerpo produce grandes cantidades de lactasa tras nacer y durante la más tierna infancia, cuando la leche es la principal fuente de nutrición del bebé. Por lo general, la producción de lactasa disminuye a medida que la dieta se va haciendo más variada y el niño es menos dependiente de la leche. Con el tiempo, esta disminución gradual puede conducir a síntomas de intolerancia a la lactosa. La intolerancia primaria está relacionada con la edad y el envejecimiento, es una evolución normal de todos los mamíferos.

Intolerancia secundaria

Intolerancia secundaria es el resultado de la enfermedad o lesión. Esto puede ocurrir como resultado de afecciones intestinales: la enfermedad celíaca, gastroenteritis, enfermedades inflamatorias del intestino como la enfermedad de Crohn . El tratamiento de la enfermedad subyacente puede restaurar los niveles de lactasa y mejorar los signos y síntomas, aunque puede tomar tiempo. Algunos tratamientos médicos, fármacos, quimioterapia pueden aumentar el riesgo o provocar una intolerancia a la lactosa temporal o permanente. En algunos casos, la intolerancia a la lactasa no puede ser restaurada y la persona tiene que adaptar la dieta en consecuencia.

Intolerancia congénita

La intolerancia congénita es poco frecuente pero hay bebés que nacen con intolerancia a la lactosa causada por una ausencia total de actividad de la lactasa . Este trastorno suele tener un patrón hereditario, transmitiéndose de generación en generación. Esto significa que o la madre o el padre pasan un gen defectuoso al niño afectado. Los niños con intolerancia a la lactosa congénita son intolerantes a la lactosa en la leche materna de sus madres y tienen diarrea desde el nacimiento. Estos bebés necesitan fórmulas sin lactosa para lactantes. Los bebés prematuros pueden tener intolerancia a la lactosa debido a un nivel insuficiente de lactasa para la inmadurez de su intestino.

 

Referencias
[1] «Lactose intolerance» Mayo Clinic, www.mayoclinic.com

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