Quizás tendríamos que empezar a hablar del porcentaje de personas que tiene tolerancia a los lácteos, o sea, persistencia a la lactasa, ya que lo normal es no tenerla.

La mayoría de los mamíferos pierden la capacidad de digerir la lactosa a medida que envejecen. La capacidad de digerir el azúcar de la leche (lactosa) se rige por la producción de la enzima lactasa en el intestino delgado. Conforme los niños crecen, el gen de la lactasa se va desactivando gradualmente. Al no producir lactasa, la lactosa entra en el colon sin digerir, donde se convierte normalmente en ácidos y gases de hidrógeno, lo que produce en muchas personas síntomas incómodos y dolorosos.

Sin embargo, al menos poblaciones en Europa, Arabia Saudita y África Oriental han desarrollado mutaciones genéticas que les permiten producir lactasa durante toda su vida, una condición conocida como persistencia de la lactasa.

Los productos lácteos han sido durante mucho tiempo una característica central de la cocina europea y la identidad cultural y, hoy en día, 60-90 por ciento de la población europea es lactasa persistente, lo que significa que pueden digerir la leche en la edad adulta.

Intolerancia y persistencia

El 23 de enero el periódico  “La razón digital” publicaba el artículo “Atapuerca ayuda a resolver el misterio de la tolerancia a la lactosa”. El periódico español hablaba de una investigación llevada a cabo por científicos de varias universidades europeas. Se analizó el ADN de restos humanos de Atapuerca, de hace unos  3800 años.  Se descubrió que los pastores de aquella época no eran capaces de digerir los lácteos ya que no tenían la mutación genética que permite digerir la lactosa. Se calcula que, en nuestros días, el 40% de los españoles tienen intolerancia a los lácteos.

El mismo día, la Universidad de Zurich para la Medicina Evolutiva, publicaba otro artículo sobre un estudio del Instituto de Anatomía de dicha universidad que trata de la mutación que se desarrolló por una parte de la población centroeuropea llevándoles a poder digerir la leche animal hace unos 1.000 años.

La tasa de prevalencia no es la misma en todas partes

Ese último estudio de la Universidad de Zurich revela una tasa de persistencia de la lactasa de 72 por ciento entre la población de la ciudad medieval de Dalheim en Alemania entre 950 y 1200 dC, lo que indica que la persistencia de la lactasa ya había llegado a los niveles de Europa Central modernos (71 – 80 por ciento) alrededor de 1000 años atrás.

La Universidad del estudio de Zurich sugiere que la evolución de la persistencia de la lactasa no siguió un patrón único en toda Europa y que la persistencia de la lactasa genética pudo haber sido común en Europa central pero no en otras partes de Europa.

Estudios anteriores sobre muestras de ADN tomadas de agricultores europeos de alrededor de 5000 aC revelaron una tasa de persistencia a la lactasa baja. Se encontraron los primeros indicios de la persistencia de la lactasa en agricultores españoles y en cazadores-recolectores escandinavos de finales del Neolítico (aprox. 3000 aC), con tasas bajas de persistencia de la lactasa.

La mayoría de la población mundial es intolerante a la lactosa

Hoy en día, la persistencia de la lactasa es tan frecuente entre los europeos y las poblaciones de ascendencia europea en América y Australia que, hasta hace muy poco, la intolerancia a la lactosa se consideró una anomalía, deficiencia o enfermedad. Fue sólo cuando los productos lácteos fueron promovidos en las campañas de alimentación nacional e internacional, en la segunda mitad del siglo XX, que se hizo evidente que la mayoría de la población mundial es intolerante a la lactosa. Las investigaciones posteriores han puesto de manifiesto que la persistencia de la lactasa es en realidad la condición anormal, resultante de la reciente evolución de mutaciones genéticas específicas en determinadas poblaciones.

Referencias:

(1) University of Zurich “Central Europeans already digested milk as well as us 1,000 years ago”, publicado 23 enero 2014
(2) La Razón Digital:  “Atapuerca ayuda a resolver el misterio de la tolerancia a la lactosa”, publicado 23 enero 2014
(3) Universitât Zûrich, Anatomisches Institut. Annina Krüttli, Abigail Bouwman, Gülfirde Akgül, Philippe Della Casa, Frank Rühli, Christina Warinner “Ancient DNA Analysis Reveals High Frequency of European Lactase Persistence Allele (T-13910) in Medieval Central Europe”, publicado el 23 de enero de 2014 en PlosOne.org

 

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Una Respuesta

  1. Fermik

    No entiendo la relevancia de que sea una mutación. Todo son mutaciones.