¿Cómo vivir sin lácteos?

La fuerza de voluntad

Mi experiencia personal es que, cuando te ves obligado a abandonar los lácteos, al principio es muy difícil lo que requiere una gran fuerza de voluntad, sobre todo si los productos lácteos te gustan. Sin embargo, se aprende rápidamente que esos productos perjudican tu salud porque que cada vez que los tomas tienes problemas intestinales u otros tipos de problemas como mucosidad o eczema.

 

¿Dónde se esconden los lácteos?

Sé curioso y aprende.

Si quieres evitar la ingestión de lácteos hay que saber dónde se encuentran. No sólo están en los productos evidentes como la leche, el yogur, el queso, cremas o mantequillas, sino que forma parte de los ingredientes de muchísimos alimentos manufacturados. Dos nuevas costumbres deben instalarse en tu rutina:
 

  1. Leer las etiquetas:
    Aprende a identificar los derivados de los lácteos que se encuentran entre la lista de ingredientes de los productos antes de comprarlos. No asumas riesgos.
  2. Preguntar:
    Si comes fuera de casa no te cortes y pregunta si tal o tal plato o producto que no tiene etiqueta contiene algún lácteo.

 

Descubre otros alimentos y nuevos sabores

Dale tiempo a tu paladar para apreciar alimentos y sabores diferentes que seguro apreciarás con el tiempo. Existen muchos alimentos que quizás no has probado y que te pueden ayudar a remplazar los productos lácteos en tus recetas o en tus platos diarios. Dale tiempo a tu paladar a acostumbrarse a nuevos sabores y texturas. Como todo alimento nuevo, se necesita un tiempo de adaptación.

 

Asegúrate de consumir el calcio y las vitaminas que tu cuerpo necesita.

Afortunadamente existen muchos productos en el comercio como las bebidas vegetales o el zumo de naranja enriquecidos con calcio. Adapta tu dieta para consumir aquellos alimentos que te aportan los minerales y vitaminas necesarias. Bebe agua y evita consumir aquellos otros alimentos como las bebidas con cafeína, teína o la sal que favorecen la pérdida de calcio.

 

Cuando vas a comer fuera de casa: prepárate

Infórmate antes sobre los menús disponibles en el restaurante y el tipo de cocina que tienen. No te cortes y pregunta si la salsa, el pan, la sopa u otros platos contienen crema, mantequilla, leche, queso o yogur.No te fíes de las apariencias. A pesar de que los lácteos no forman parte de según qué platos, puede que el chef decida personalizarlos. (Por ejemplo, en Francia no es difícil encontrar makis rellenos con queso cremoso, una aberración gastronómica).Saber más…