En un informe de la Organización Mundial de la Salud (OMS) publicado este año, se incluye la osteoporosis como una de las enfermedades crónicas más importantes de nuestra época.
La Osteoporosis es una enfermedad que afecta millones de personas en todo el mundo. La OMS ha publicado este año el informe técnico nº 916, “Diet, nutrition and the prevention of chronic diseases” (en español, «Dieta, nutrición y prevención de enfermedades crónicas») en el que trata diferentes problemas de salud de alcance mundial como la obesidad, el cáncer, la salud cardiovascular, la diabetes, la salud dental (caries) y la osteoporosis.
¿Qué es la osteoporosis?
La osteoporosis se caracteriza por una reducción de la masa ósea y el deterioro de la micro-arquitectura del tejido óseo, que conduce a la fragilidad ósea y el consiguiente aumento del riesgo de fracturas. Aunque también hay hombres que la sufren, suele afectar mayoritariamente a las mujeres cuando la producción de hormonas disminuye (premenopausia y menopausia). La incidencia de fracturas de vértebras y cadera aumenta exponencialmente con la edad. Las fracturas debidas a la osteoporosis son una causa importante de morbilidad y discapacidad en las personas mayores, de las que la rotura de la cadera puede conducir a una muerte prematura. Estos traumas representan asimismo una importante carga económica para los servicios de salud de todo el mundo.
Tendencias
La incidencia de la osteoporosis según los continentes es diferente. Actualmente se mide según la tasa de fracturas en personas mayores, aunque de los países en vías de desarrollo se tienen escasos datos. A pesar de ello, el consenso actual es que se producen más de un millón y medio de fracturas de cadera cada año en todo el mundo. Esta cifra podría multiplicarse por 4 en el 2050, debido al aumento de la esperanza de vida y el consiguiente envejecimiento de la población.
En los países con una tasa más alta de fracturas afectando principalmente a las mujeres, la cifra es 3 a 4 veces mayor que en hombres. Por eso la osteoporosis se asocia más con las mujeres que con los hombres.
Curiosamente, en los países donde la tasa de fracturas es más baja, la osteoporosis afecta prácticamente por igual a hombres y mujeres.
La incidencia de la osteoporosis aumenta exponencialmente con la edad.
El porcentaje mayor de osteoporosis se da en las mujeres que viven en climas templados de raza caucásica (blanca). En los países mediterráneos y asiáticos se dan menos casos. Los índices más bajos se dan en las mujeres africanas que residen en ese continente.
Zonas y países en expansión económica, como Hong Kong o China, han visto un aumento significativo del número de fracturas debidas a la edad en las últimas décadas. Mientras que en los países occidentales parece que las cifras se mantienen en los últimos años.
En las poblaciones de más edad, la dieta parece tener una relación moderada con la osteoporosis, sin embargo, dos elementos nutricionales parecen fundamentales: el calcio y la vitamina D.
El calcio es uno de los principales minerales que forman nuestros huesos y es esencial en todas las etapas de la vida.
Las necesidades de calcio se han medido hasta ahora a partir de cálculos complejos en los que se combinan la edad, el sexo, la tasa de crecimiento de la masa ósea y de otros tejidos, el tiempo que dura el crecimiento (unos 24 años), el calcio excretado. Sin embargo, no existe un verdadero consenso en cuanto a lo que se considera la ingesta diaria recomendada de calcio. Las cifras varían según las fuentes y pudiendo ser muy diferentes entre ellas (por ejemplo, la OMS recomendaba hasta ahora 500-600 mg/día para adultos mientras que el l National Research Council (NRC) americano recomienda 1.200 mg/día).
La vitamina D se obtiene a partir de la dieta o por síntesis en la piel expuesta a la acción de la luz solar. La manifestación más conocida del déficit de vitamina D es el raquitismo en niños y osteomalacia en los adultos. La deficiencia en vitamina D en las personas mayores se ha asociado con pérdida ósea y fracturas debidas a osteoporosis.
Muchos otros nutrientes y factores dietéticos pueden ser importantes para la salud de los huesos a largo plazo y la prevención de la osteoporosis. Entre los nutrientes esenciales está el zinc, el cobre, manganeso, boro, vitamina A, vitamina C, vitamina K, vitaminas del complejo B, de potasio y de sodio.
Otros elementos a tener en cuenta son:
- El flúor que se añade al agua potable también incide en la salud de los huesos. Así un elevado consumo de fluoruros provoca fluorosis lo que puede alterar la matriz ósea. (Por eso es recomendable lavarse los dientes con una cantidad no excesiva de pasta dentífrica y enjuagarse bien tras el cepillado, no deben tragarse las cremas a base de flúor).
- La deficiencia de vitamina C (escorbuto) da lugar a la enfermedad ósea denominada osteopenia.
- Algunos alimentos favorecen la excreción de calcio, como el café o el té, las bebidas muy azucaradas o el alcohol.
Sin embargo se sabe que:
- Una dieta rica en frutas y verduras verdes se asocia con un disminución del riesgo, si ésta es rica en alimentos alcalinos, vitamina K, fitoestrógenos, potasio, magnesio y boro.
Recomendaciones específicas para la enfermedad
En los países con una alta incidencia de fracturas se recomienda una ingesta mínima de 400 – 500 mg de calcio diarios para prevenir la osteoporosis. Se calcula que alrededor de un 30% de la ingesta se pierde por la orina o las heces.
Cuando el consumo de productos lácteos es limitado, otras fuentes de calcio son el pescado con espinas (las sardinas, boquerones y otros pescados azules pequeños que se comen enteros), vegetales verdes ricos en calcio (por ejemplo, el brócoli, la col rizada), las leguminosas en general, especialmente las judías así como algunos productos derivados de las leguminosas (por ejemplo, el tofu).
La interacción entre la ingesta de calcio y la actividad física son fundamentales así como la exposición regular al sol de forma moderada, sin olvidar el consumo de otros componentes de una dieta equilibrada (vitamina D , vitamina K , sodio, proteínas, fitonutrientes de soja).
Con respecto a la ingesta de calcio para prevenir la osteoporosis, las recomendaciones del Comité Mixto FAO / OMS presentadas en el informe “Vitamin and mineral requirements in human nutrition”, pusieron de relieve la paradoja del calcio.
La paradoja del calcio
La paradoja del calcio es que las mayores tasas de fracturas se dan en los países desarrollados donde el consumo de calcio es mayor gracias a los lácteos. Hasta la fecha, los datos acumulados indican un efecto negativo de la proteína animal (pero no de la proteína vegetal). Un consumo elevado de proteína animal desequilibra negativamente la absorción del calcio.
Ese estudio se basó en un estudio del nivel de calcio consumido por adultos de diversos países como Australia, Canadá, Unión Europea, el Reino Unido y los Estados Unidos, por lo que no es necesariamente aplicable a todos los países del mundo. El informe también reconoció que estaba emergiendo una fuerte evidencia de que los requisitos de calcio pueden variar de una cultura a otra debido a la dieta, la genética, el estilo de vida y otros elementos geográficos. Sabemos que el agua y el clima también influyen. Por lo que se emiten dos recomendaciones: una para los países con bajo consumo de proteínas animales y otro basado en los datos procedentes de América del Norte y Europa Occidental con un alto consumo de proteínas animales.
Se llegó a las siguientes conclusiones:
- No existen enfoques globales basados en la población. Con respecto al calcio y a la vitamina D, se da un enfoque específico los subgrupos de alto riesgo de la población, es decir,con un alto índice de fracturas óseas.
- Hay países con alta incidencia de fractura osteoporótica, tanto en hombres como mujeres, debido a un bajo consumo de calcio (es decir, por debajo de 400 – 500 mg por día).
- Otros países con alta incidencia de fracturas, el aumento en la dieta de vitamina D y calcio en las poblaciones de mayor edad puede disminuir el riesgo de fracturas. Por lo tanto, debe garantizarse no sólo el calcio sino un adecuado nivel de vitamina D . Si la vitamina D se obtiene predominantemente a partir de fuentes dietéticas, por ejemplo, cuando la exposición al sol es limitada, la recomendación es de un consumo de 5 a 10 mg diarios.
Ejercicio físico
Se tienen pruebas fehacientes de que la actividad física, sobre todo el ejercicio destinado a mantener y aumentar la fuerza muscular, la coordinación y el equilibrio, ayuda a la prevención de fracturas osteoporóticas. Además, la práctica regular de actividades físicas que buscan la musculación, realizada de forma vigorosa (por ejemplo, ejercicios aeróbicos con pesas o pilates), aumentan la masa ósea de los jóvenes y ayudará, más tarde, a mantener la masa ósea en la edad adulta.
Conclusión
Según la OMS, se carece de una evidencia firme sobre la incidencia de la dieta en la osteoporosis. Insisten en la importancia de la vitamina D, no sólo del consumo de calcio y recomiendan seguir los consejos que se formulan para otras enfermedades crónicas, como:
- aumentar la actividad física;
- reducir la ingesta de sodio (sal);
- aumentar el consumo de frutas y verduras ;
- reducir el consumo de proteínas animales;
- mantener un peso corporal saludable;
- no fumar ;
- limitar el consumo de alcohol.
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