Otro estudio importante sobre la relación entre el consumo de leche y los índices de mortalidad y de fracturas óseas en mujeres y hombres fue publicado en el prestigioso The BMJ (British Medical Journal) el pasado 28 de octubre.

 

Para obtener el calcio que nuestros huesos necesitan ¿seguro que debemos beber leche?

La respuesta de este estudio es “no”. Los investigadores dicen que:

A través de los medios de comunicación y de muchas organizaciones relacionadas con la salud pública se promueve activamente una dieta rica en productos lácteos para reducir el riesgo de facturas osteoporóticas.

La leche contiene 18 de los 22 nutrientes esenciales, incluyendo calcio, fósforo y vitamina D, todos  de especial importancia para nuestro esqueleto. La absorción intestinal de dichos nutrientes se ve reforzada por la capacidad enzimática para digerir la lactosa, y de transformarla en D-glucosa y D-galactosa. Esto es posible cuando se tiene la mutación del gen de la enzima lactasa, algo que es posible para la mayoría de los habitantes del norte de Europa (el estudio fue llevado a cabo en Suecia). Se justifica la recomendación de un alto consumo de alimentos lácteos,  correspondiente a tres o cuatro vasos de leche al día, para salvar al menos el 20% de los costos médicos relacionados con la osteoporosis.

 

Efectos no deseados de la leche

Sin embargo, una alta ingesta de leche tiene efectos no deseados, principalmente debido a la D-galactosa.

La evidencia experimental en varias especies animales indica que la exposición crónica a la D-galactosa es perjudicial para la salud y la adición de D-galactosa mediante inyecciones o en la dieta es un modelo animal establecido para conseguir oxidación. Incluso una dosis baja de D-galactosa induce cambios que se asemejan al envejecimiento natural en los animales, incluyendo la reducción del tiempo de vida causado por daños debidos al estrés oxidativo, inflamación crónica, neurodegeneración, disminución de la respuesta inmune y cambios en los genes.

El aumento del estrés oxidativo, envejecimiento e inflamación crónica de bajo grado no es sólo un mecanismo patogénico de la enfermedad cardiovascular y del cáncer en humanos sino también un mecanismo de pérdida ósea relacionada con la edad y sarcopenia (sarcopenia es la pérdida degenerativa de masa muscular y fuerza relacionada con el envejecimiento o la vida sedentaria).

La alta cantidad de lactosa y, por tanto, D-galactosa en la leche, y su influencia teóricas sobre los procesos de estrés oxidativo e inflamación hace que las recomendaciones para aumentar la ingesta de leche para la prevención de fracturas sea una pura contradicción.

Debido al alto contenido de lactosa en la leche, la hipótesis de que un alto consumo de leche puede aumentar el estrés oxidativo, que a su vez afecta el riesgo de mortalidad y fractura. El meta-análisis realizado en este estudio para analizar la relación entre la ingesta de leche y productos lácteos con el índice de mortalidad y de fractura ósea han mostrado un patrón claro de riesgo, y la evidencia de que los ensayos aleatorios son insuficientes.

Remplazar la ingesta de leche por otros productos lácteos puede ser una alternativa más saludable ya que el consumo de lácteos fermentados (por ejemplo, yogur agrio) está asociado con posibles efectos antioxidantes, anti-inflamatorios y probióticos, con posibles efectos beneficiosos de la microbiota intestinal. En otros estudios, se ha asociado el consumo de lácteos fermentados con un menor riesgo de enfermedades cardiovasculares mientras que un alto consumo de leche se ha relacionado con un mayor riesgo de diabetes, enfermedades cardiovasculares y cáncer.

 

Participantes del estudio

El estudio de cohortes fue realizado en Suecia, país con un consumo elevado de lácteos. El estudio tuvo un seguimiento medio de 20 años y concernió a más de 135.000 personas. Los hombres contaban entre 45 y 79 años al inicio del estudio, en 1997; y las mujeres de 39 a 79 años al inicio del estudio, entre 1987 y 1990.

Durante el seguimiento de 90.303 mujeres, 15.541 murieron y 17.252 tuvieron una fractura, de las cuales 4.259 fueron fractura de cadera.

En el estudio del sexo masculino, un total de 45.339 participantes fueron seguidos durante una media de 11 años, 10.112hombresmurierony5.066sufrieron una fractura, con1.166casos de fractura decadera.

En las mujeres, el mayor riesgo de mortalidad se daba en aquellas que consumieron tres o más vasos de leche al día en comparación con las que consumían menos de un vaso al día. No se observó ninguna reducción del riesgo de fractura ósea con un mayor consumo de leche. En los hombres los resultados fueron similares.

Por otro lado, tanto en hombres como en mujeres que consumían leche regularmente se observó la presencia de un biomarcador de estrés oxidativo (8-iso-PGF2a) y un marcador biológico de inflamación (interleucina-6 en suero).

 

Conclusión

Lo que este estudio aporta:

  • Una alta ingesta de leche, en ambos sexos, está asociada con tasas de mortalidad y de fractura más altas; y con mayores niveles de estrés oxidativo y de biomarcadores inflamatorios.
  • Este patrón no se observó con el alto consumo de productos lácteos fermentados.

Punto de partida del estudio

  • La recomendación generalizada de que una alta ingesta de leche para la prevención de las fracturas osteoporóticas.
  • La leche es la fuente principal de la ingesta dietética de galactosa.
  • La adición de galactosa por inyección o a través de la dieta es un modelo animal establecido de envejecimiento, debido a que induce estrés oxidativo e inflamación.
  • Los resultados de la investigación anterior sobre la importancia de la ingesta de leche para la prevención de fracturas y la influencia en las tasas de mortalidad son contradictorios.

Los investigadores del estudio sueco llegaron a la conclusión siguiente:

  • El alto consumo de leche se asocia con una mayor mortalidad tanto en hombres como en mujeres y con una mayor incidencia de fracturas óseas en mujeres.
  • Teniendo en cuenta los diseños de los estudios observacionales con la posibilidad inherente de confusión residual y revertir los fenómenos de causalidad, se recomienda una interpretación cautelosa de los resultados.

Estudio de cohortes es un estudio epidemiológico, observacional, analítico, longitudinal prospectivo en el que se hace una comparación de la frecuencia de enfermedad entre dos poblaciones, donde un grupo de sujetos está expuesto a un determinado factor de riesgo y el otro grupo no lo está.

 

Referencia
Karl Michaëlsson, Alicja Wolk, Sophie Langenskiöld, Samar Basu, Eva Warensjö Lemming, Håkan Melhus, Liisa Byberg – Departments of Surgical Sciences and Public Health, Caring Science and Medical Sciences of Uppsala University; Swedish National Food Agency, Uppsala; Institute of Environmental Medicine, Karolinska Instituet of Stockholm, Suecia – “Milk intake and risk of mortality and fractures in women and men: cohort studies” (28/10/2014) The BMJ (British Medical Journal)

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4 Respuestas

  1. Narvik

    Deberíais hablar del Kéfir de leche que es una maravilla de los muchísimos beneficios que aporta, y el producto resultante no tiene ni lactosa ni caseína, puesto que los hongos se alimentan de ello. Saludos.

    • Ana Juste

      En esta web tratamos de presentar soluciones sin lácteos para todas aquellas personas que no quieren o no pueden consumir lácteos. Hay millones de personas en ese caso. El kéfir de agua también es una excelente opción y se hace sin lácteos.

  2. Narvik

    Otra cosa, los huesos no precisan de calcio puesto que en la alimentación este elemento ya está sobradamente, y un exceso es muy peligroso,lo que se necesita es MAGNESIO y vitamina D3. Los alimentos que contienen magnesio están escasos porque la tierra lo está, por tanto, es necesario tomar magnesio en complementos y vitamina D3 si no tienes sol todo el año. El problema no es la leche, si no eres intolerante a la lactosa, es el desbalance del magnesio. El cuerpo con alimentación inadecuada, está ácido y el cuerpo para equilibrarlo necesita el calcio de los huesos y dientes para que se mantenga en el balance ácido-alcalino necesario. Este proceso repetido muchas veces, desgasta los huesos y tenemos la osteoporosis o la osteopenia en el mejor de los casos. Por tanto, menos abuso de calcio en la dieta y mucho más magnesio con vitamina D3. Soy ovolacto vegetariana y mi salud ósea y general es perfecta. Tomo lácteos en forma de yogurt griego (poco) y principalmente Kéfir de leche (bastante cantidad). Y sin problemas tomo leche cuando me apetece (muy pocas veces). Demonizan la leche y, francamente, no estoy de acuerdo. Hay estudios que lo contradicen y no son estudios financiados por las empresas lácteas. Saludos.